Fotografiar bebés es un placer que muchos padres, familiares y amigos se apresurarán a disfrutar tan pronto como conocen al recién nacido y es fácil entender por qué: despiertan nuestro lado más tierno y, a medida que crecen, empiezan a dejar entrever los rasgos de su personalidad. Tanto si se muestran risueños como curiosos, pensativos o animados, la fotografía es una de las mejores maneras de inmortalizar y conservar esos cambios rápidos y únicos en su desarrollo.
Cualquier persona puede realizar una foto rápida, pero estas técnicas te ayudarán a producir imágenes asombrosas que inmortalizarán esos preciados momentos en todo su esplendor para que puedas compartirlas con la familia y los seres queridos que se encuentran cerca y lejos.
1. Elige el mejor momento
A excepción de los recién nacidos, los bebés son criaturas de hábitos. Casi todos los bebés están acostumbrados a llevar a cabo ciertas rutinas en momentos determinados del día. Con un poco de atención, sabrás cuándo el bebé se encuentra más contento, así que aprovecha esos instantes para enfocar la cámara y disparar. Por ejemplo, puede que el bebé esté más tranquilo después de la toma o tras la siesta de media mañana.
2. Dispara a la altura de los ojos
Las fotos clásicas de recién nacidos incluyen primeros planos de sus diminutos pies y manos o retratos mientras duermen sobre el hombro de su madre o su padre. En el caso de los bebés que empiezan a andar y de los niños un poco más mayores, las imágenes que incorporan movimiento, los retratan mientras juegan o realizan otras acciones, se convierten en recuerdos para toda la vida. La regla de oro para este tipo de tomas consiste en disparar a la altura de los ojos para crear sensación de intimidad.
También es siempre buena idea planear las tomas que vas a capturar. Nunca sabes cuánto va a durar el buen humor del bebé, así que prepárate para saltarte las tomas menos prioritarias cuando no haya tiempo.
3. Configura la cámara antes de fotografiar
El tiempo es un factor crucial en la fotografía de bebés. En los momentos de calma, quizás cuentes con 10 minutos para fotografiar. Asegúrate de tener el equipo preparado para aprovechar al máximo el tiempo que el bebé está contento. Por supuesto, la iluminación cambia y los bebés se mueven, por lo que será inevitable que tengas que ajustar la configuración durante la sesión. No obstante, tener configurados previamente los ajustes básicos, como el objetivo, el modo de exposición y de avance, y el balance de blancos, entre otros, te permitirá tener más tiempo para disparar.
4. Trabaja con luz natural
Una de las formas más favorecedoras e íntimas de iluminar las fotos de bebés es sacar el máximo partido a la luz natural. Una técnica sencilla consiste en utilizar un reflector para rebotar la luz de una ventana. No es necesario un reflector fotográfico profesional, una sábana blanca o una cartulina o cartón de color blanco y gran tamaño pueden ser suficientes. Coloca al bebé junto a una ventana y pide a un amigo o familiar que dirija el reflector para que la luz de la ventana ilumine las sombras del lado del rostro del bebé que queda alejado de la ventana.
5. Prepara los objetivos
El objetivo que vayas a utilizar dependerá del tipo de fotografía que desees realizar. Para tomas generales, prueba un objetivo prime, como el EF 50mm f/1.8 STM de Canon, que funciona muy bien en entornos con baja iluminación, como el dormitorio; o un objetivo para retratos como el EF 85mm f/1.8 USM de Canon, con una rápida velocidad de enfoque automático que podría serte útil para captar movimientos como gatear y comer.
Si quieres conseguir primeros planos nítidos de los rasgos del bebé (las manos, los dedos de los pies y las pestañas), un objetivo macro, como el EF-S 35mm f/2.8 Macro IS STM de Canon para réflex o el EF-M 28mm f/3.5 Macro IS STM de Canon para cámaras mirrorless es una excelente opción.
Por lo general, los objetivos con longitudes focales fijas, como 50 mm o 85 mm, son ideales para entornos oscuros porque dejan entrar una gran cantidad de luz. No obstante, también es posible que desees utilizar un objetivo zoom para aquellas situaciones en las que el bebé esté activo. Un zoom como el EF 24-105mm f/3.5-5.6 IS STM de Canon te permite mantener el encuadre a medida que el bebé se mueve y te ofrece más probabilidades de conseguir la toma perfecta en un breve periodo de tiempo.
6. ¡Chist! Dispara de forma silenciosa