La luz es un componente crucial de la fotografía, por lo que fotografiar de noche o con poca luz supone un reto especial. Pero la fotografía nocturna ofrece un conjunto único de oportunidades creativas. Los retratos con una iluminación sutil sobre un fondo oscuro pueden tener una calidad mágica, a la vez que aíslan eficazmente el motivo principal dentro de una escena. Los animales nocturnos suponen un enfoque diferente de la fotografía de naturaleza, mientras que los paisajes urbanos nocturnos ofrecen su propio espectáculo de luces. Para disfrutar de un esplendor verdaderamente majestuoso, puedes alzar la mirada al cielo y fotografiar la Vía Láctea.
La hora azul del crepúsculo antes de que salga el sol o después de que se ponga es una de las favoritas de muchos fotógrafos. Todavía hay algo de luz natural para resaltar los detalles, mientras que las luces de la ciudad tienden a bañar las escenas con un brillo cálido. El azul oscuro del cielo también añade un toque dramático. Sin embargo, la hora azul puede ser muy corta dependiendo de la latitud a la que te encuentres y de la época del año, y puede que solo tengas unos minutos para aprovechar al máximo la mejor iluminación. Lo mejor es planificar con antelación observando las horas de salida y puesta del sol, y buscando las ubicaciones con antelación para saber dónde quieres fotografiar.
Además, ten en cuenta que es posible que tengas que lidiar con la escarcha y el rocío, por lo que es recomendable llevar ropa de abrigo o impermeable. Aunque muchas cámaras y objetivos de Canon cuentan con juntas totalmente herméticas, un paraguas grande es bueno para mantener tu equipo seco.