Cómo fotografiar el cielo nocturno

Manuel Dietrich es un cineasta y fotógrafo de paisajes con un interés especial en la astrofotografía que, según él, surgió de forma natural a partir de su dedicación a la fotografía de paisaje. «Ya que estás persiguiendo amaneceres y atardeceres en lugares remotos, solo supone un pequeño esfuerzo quedarte más tiempo y fotografiar el cielo nocturno». Aquí nos brinda algunos consejos y recomendaciones para cualquiera que se esté iniciando en la astrofotografía.

Aunque estés acostumbrado a fotografiar paisajes, señala Manuel, la astrofotografía requiere mucho más tiempo de planificación y ejecución. «Se necesita un cielo despejado, condiciones de oscuridad suficientes, sin de luz de luna y un primer plano adecuado. A veces también se necesita mucha más paciencia. Sin embargo, para mí personalmente esto también hace que al final sea más gratificante cuando consigues captar los fenómenos o logras la composición que tienes en mente».

Los mejores lugares para la astrofotografía son las montañas o costas remotas, las llamadas reservas de cielo oscuro son ideales. «Aléjate lo máximo posible de las ciudades o de cualquier otra fuente de contaminación lumínica», aconseja Manuel. «Los mejores momentos son durante la luna nueva o cuando la Luna se oculta temprano por la noche. La verdadera oscuridad comienza cuando el sol se encuentra aproximadamente 18 grados por debajo del horizonte.

«La temporada de la Vía Láctea en el hemisferio norte es entre abril y agosto», añade Manuel. «En ese momento podrás captar el centro de la Vía Láctea por encima del horizonte».

Manuel utiliza principalmente una EOS R3 de Canon, con una EOS R5 (a la que ahora sucede la EOS R5 Mark II) como cámara de reserva. No es necesario contar con una cámara profesional, pero para lograr los mejores resultados, señala, «las cámaras Full Frame funcionan mucho mejor en situaciones de baja iluminación que las cámaras con sensor de recorte, ya que su sensor de mayor tamaño produce menos ruido y ofrece un mayor nivel de detalle». Una EOS R8 o EOS R6 Mark II serían una opción excelente. Sea cual sea la cámara que elijas, utiliza siempre el formato RAW para obtener el máximo rango dinámico y nivel de detalle.

Un trípode resistente es esencial para mantener la cámara estable durante las largas exposiciones que necesitarás para la astrofotografía. Manuel solía utilizar siempre un disparador remoto para el obturador, pero afirma que el control remoto inalámbrico con la aplicación Canon Camera Connect es ahora tan fiable que lo utiliza en su lugar. Otra opción por la que se decanta es el autodisparador integrado de su cámara, para así evitar cualquier riesgo de sacudir la cámara y desenfocar la imagen.

«Mi objetivo favorito (tanto para paisajes como para astrofotografía) es el RF 15-35mm F2.8L IS USM porque es muy versátil, nítido y tiene una abertura constante de f/2,8. Prefiero objetivos gran angular para captar la mayor parte posible del cielo nocturno. Si quieres invertir en un objetivo específico para la astrofotografía y llevarla al siguiente nivel, también puedo recomendar el RF 20mm F1.4L VCM, un objetivo de focal fija superrápido».

Si lo que buscas es actualizar el objetivo del kit que incluía tu cámara, el objetivo RF 16-28mm F2.8 IS STM de Canon es una opción accesible ideal para iniciarte en la astrofotografía. Su abertura máxima constante de f/2,8 en todas las longitudes focales del zoom lo convierte en un objetivo excelente para fotografiar con baja iluminación; además, su campo de visión ultra gran angular también es ideal para arquitectura, paisajes amplios y vlogging sin trípode. Una opción ultra gran angular aún más económica es el RF 15-30mm F4.5-6.3 IS STM; no resiste del mismo modo ante las inclemencias meteorológicas ni tiene la misma abertura máxima, pero es aún más ancho, más pequeño y más de 50 g más ligero, lo que lo convierte en una buena opción si quieres un objetivo realmente compacto para llevar a lugares remotos.

«Para todo lo que no sea la Luna, utilizo la abertura más amplia posible (el número f más bajo). Esto permite que llegue más luz al sensor de la cámara, lo que te proporcionará imágenes mucho más nítidas y reducirá el tiempo de exposición necesario».

Manuel advierte que siempre se debe desactivar la estabilización de imagen y cambiar a enfoque manual, ya que es contraproducente para exposiciones largas. «Siempre enfoco manualmente al infinito, pero compruebo la nitidez ampliando la estrella más brillante en la pantalla LCD de la cámara».

Necesitarás exposiciones largas para captar estrellas tenues, pero no demasiado largas o acabarás con rastros de estrellas. Manuel recomienda utilizar la «regla del 500»: simplemente divide 500 entre la longitud focal de tu objetivo. Esto te proporcionará la máxima velocidad de obturación sin captar rastros de estrellas perceptibles. Si utilizas un objetivo de 20 mm, por ejemplo, mantén la velocidad de obturación a 25 segundos (500/20) o menos. Con un objetivo de 15 mm, puedes seleccionar 30 s (500/15) aproximadamente.

El uso de ajustes ISO altos solía ser arriesgado debido al aumento del ruido de la imagen, pero Manuel señala que las cámaras modernas ofrecen un rendimiento ISO alto mucho mejor, y el posprocesamiento, ya sea en la cámara o en el software, también ofrece funciones mejoradas de reducción de ruido. «Ya no hay que tener miedo a los valores ISO altos. Hoy día suelo aumentar mi ISO a 3200 o incluso a 6400 para captar las luces más tenues del cielo nocturno».

• Vía Láctea y lluvias de meteoros: abertura máxima (menor número f), velocidad de obturación 15-30 s (dependiendo del objetivo), ISO 3200-6400.

• Luna (con trípode): f/8-f/11, velocidad de obturación 1/125 s - 1/250 s, ISO 100-400.

• Luna (sin trípode): abertura máxima, velocidad de obturación 1/250 s - 1/500 s, ISO 100-400.

• Auroras boreales: abertura máxima, velocidad de obturación de 2 a 20 s (dependiendo de la intensidad de la aurora boreal), ISO 1600-6400.

Para sacar el máximo partido a sus fotos del cielo nocturno, Manuel edita los archivos RAW en Adobe Lightroom y Photoshop¹ . A veces utiliza técnicas de apilamiento de imágenes para reducir aún más el ruido o combina fotos para lograr una perfecta fusión entre el primer plano y el cielo. «A menudo, el primer plano es mucho más oscuro que el cielo nocturno, por lo que necesitas velocidades de obturación mucho más lentas para captar los detalles del primer plano. Gracias a la composición, puedes conseguir la foto más nítida posible.

«Normalmente realzo ligeramente los colores, ajusto el balance de blancos (a menudo, enfriando la imagen), realzo las sombras, aclaro u oscurezco áreas específicas de la imagen con la ayuda de máscaras y aplico la reducción de ruido con cuidado para que no se pierdan los detalles. Me gusta dar mi propio toque personal a las fotos».

Gran parte de la fotografía es compartir el resultado final. Para las impresiones, prueba un papel de alta calidad con un acabado intermedio, como el papel fotográfico Pro Luster de Canon, un papel blanco brillante con una superficie brillante suave que resaltará los detalles y la gama tonal de tus fotos del cielo nocturno. Ofrece una reproducción del color excepcional y una excelente resistencia a la decoloración, especialmente cuando se combina con una impresora fotográfica profesional como la PIXMA PRO-200S de Canon, que cuenta con un sistema de tintas colorantes de ocho colores para una gama de colores más amplia y una mayor fidelidad del color. La impresora es capaz de producir impresiones fotográficas vibrantes sin bordes de hasta tamaño A3+ y además dispone de una opción de impresión panorámica.

Manuel es un gran defensor de compartir en redes sociales; y no solo compartir las imágenes ya terminadas, sino también los detalles del proceso, el equipo utilizado y la historia que hay detrás de la toma. La mayor ventaja de esto, afirma, es que te conecta con una comunidad más amplia de compañeros astrofotógrafos, y compartir tu pasión también puede inspirar a otros.

• La paciencia es clave. A veces las condiciones no son las que esperabas, pero eso es parte de la aventura.

• Intenta siempre planificar con antelación para elegir la ubicación ideal, el momento adecuado y la mejor dirección para apuntar con la cámara. Hay aplicaciones disponibles que pueden ayudarte mucho con esto.

• Aprende a leer el cielo nocturno. Cuanto más sepas, mejor comprenderás lo que estás viendo.

• Lo ideal es explorar tu lugar preferido durante el día para garantizar tu seguridad y planificar la composición. Desplazarse hacia y desde lugares remotos en la oscuridad es mucho más complicado.

• Aprende a utilizar los ajustes manuales de tu cámara y aplica la «regla del 500» para evitar los rastros de estrellas.

• Octubre: lluvia de meteoros de las Oriónidas

Se trata de uno de los fenómenos celestiales más espectaculares, ya que puede verse a simple vista y, en su punto álgido a finales de octubre, presenta una media de hasta 20 meteoros por hora. Manuel señala que siempre vienen desde la misma dirección, lo que simplifica la planificación y la composición de la imagen.

• Octubre (hemisferio norte) / noviembre (hemisferio sur): superluna

Una superluna es una luna nueva o luna llena que coincide con el momento en que la Luna se encuentra más cerca de la Tierra en su órbita, lo que hace que parezca más grande en el cielo. Por lo general, se producen tres o cuatro eventos de superluna cada año.

• Noviembre: cúmulo estelar de las Pléyades

Las Pléyades (Siete Hermanas) son uno de los cúmulos estelares más cercanos y son más visibles sin telescopio entre noviembre y abril.

• Diciembre: lluvia de meteoros de las Gemínidas

Las Gemínidas, con sus colores brillantes únicos, son más visibles en el hemisferio norte, pero suelen ser el fenómeno meteorológico más intenso del año incluso en el hemisferio sur. «En el caso de las Gemínidas», advierte Manuel, «el clima suele ser un problema: si está nublado, si la Luna brilla demasiado, etc.». La planificación previa es vital.

• Enero: Júpiter en oposición

Cuando un planeta está en oposición (más cercano a la Tierra), se ve más grande y brillante. En el caso de Júpiter, esto sucede cada 13 meses aproximadamente.