La nieve, la escarcha y el hielo ofrecen espectaculares escenas invernales. Pese a ello, la mayoría de cámaras solo están diseñadas para funcionar a partir de 0 °C (32 °F), así que debes tener cuidado al usarlas en el exterior con temperaturas bajo cero.
Hacer fotografías en climas con temperaturas frías y nieve suele ser difícil y, además, el equipo puede dañarse. Por eso, a continuación encontrarás varios consejos prácticos que puedes poner en marcha en los meses más fríos.
No es fácil hacer fotografías estables cuando te tiemblan las manos de frío. Un trípode ligero y portátil te ayudará a estabilizar la cámara para que puedas disparar con confianza. Solo tienes que acordarte de no tocar el trípode con las manos desnudas cuando la temperatura sea bajo cero porque podrías «quemarte» la piel.
Si te va la fotografía invernal, el Embajador de Canon y fotógrafo de deportes de invierno Richard Walch recomienda invertir en guantes especiales para escalada. Esta práctica pieza de equipo te permitirá tener los dedos al descubierto para disparar y proteger las manos entre tomas.
Con el frío, las baterías se descargan más rápido de lo normal. Siempre que puedas, guarda la cámara y las baterías en la bolsa, donde estarán más protegidas del frío. Tampoco olvides llevar el doble de baterías de lo normal para poder seguir fotografiando esas fantásticas escenas.