Los fotógrafos pueden influir en el mundo de la moda eligiendo y orientando a sus clientes, además de gestionar sus sesiones de forma sostenible. Pero ¿qué implica ser un fotógrafo sostenible? La fotografía sostenible conlleva tener siempre en mente el medio ambiente y el bienestar de las personas, y Laura Knipsael lo tiene muy presente.
«A la hora de hacer fotos, soy una fotógrafa de moda más; lo que es diferente es mi proceso», afirma Laura, fotógrafa de moda neerlandesa que considera que la responsabilidad medioambiental de cada persona puede contribuir a frenar el cambio climático. «Me dedico a intentar inspirar a la gente para que piense en lo que hace y sugerir formas diferentes de hacer las cosas», continúa. «Basta empezar con pequeños pasos, porque no deja de ser una filosofía que simplemente hay que adoptar».
El arte de la fotografía de moda sostenible
Moda rápida: el enemigo moderno
El extensamente documentado perjuicio de la tendencia de la «moda rápida» es una de las principales motivaciones de la cruzada textil de Laura. Crítica con las empresas que producen prendas sin demasiado respeto por el medio ambiente, Laura aboga por la llamada práctica de la «moda pausada».
Laura elige las empresas con las que trabaja y a las que apoya según lo centradas que estén en crear colecciones más duraderas, de mayor calidad y más versátiles mediante métodos sostenibles, y estos no solo han de contribuir a proteger el medio ambiente, sino también al consumidor. «Me encanta trabajar con empresas sostenibles o que aspiran a serlo», afirma. «Está claro que algunas personas se fijarán más en el precio, ya sea porque no les quede más remedio o porque prefieran comprar así. Sin embargo, como fotógrafa, he decidido inspirar a la gente a que se pare a pensar: "¿De qué otra forma podríamos hacer las cosas?"».
¿Tienes un equipo de Canon?
La responsabilidad empieza en casa
Laura se asegura de no dejar nada de lado a la hora de minimizar su huella de carbono. Su recién abierto estudio de Roermond, en la provincia neerlandesa de Limburgo, utiliza exclusivamente energía ecológica, y Laura solo trabaja con artistas de maquillaje que utilicen productos veganos y que no experimenten en animales, así como estilistas que obtengan sus prendas de diseñadores sostenibles. Fuera del estudio, renueva, recicla o compra de segunda mano el atrezo y otros elementos de composición para diseñar sus sets con el fin de minimizar el impacto y los residuos. Cuando viaja, se asegura de llevar poco equipaje. «Si puedo, viajo en transporte público o en bici cuando el encargo es en mi zona; si no, suelo llevar una sola maleta», cuenta. «Si tengo que llevar mucho equipo, viajo en coche, y espero cambiar a uno eléctrico en el futuro. Pero si somos un equipo más grande, procuramos compartir coche o buscar opciones de transporte público».
Más que hacer proselitismo, Laura busca predicar con el ejemplo. «Es todo cuestión de informarse y hacerlo todo lo que podamos», asegura. «En las sesiones siempre sugiero consumir comida local y que el equipo se traiga sus propias botellas en vez de comprarlas en la tienda». A un nivel más profundo, Laura opina que implicarse en el proceso creativo desde el primer momento le da la oportunidad de desafiar los límites y asegurarse de que no se generen residuos. «Mi mayor aportación es poder inspirar a los clientes para los que trabajo», comenta Laura, que también es directora de arte. «Cuando digo cosas como "Vale, podemos hacerlo, pero si lo hacemos así...", les abro la mente a nuevas formas de trabajar mejores para todo el mundo, incluido el planeta».
Las semillas del cambio
El arraigado respeto de Laura por el medio ambiente le viene desde pequeña, habiendo crecido en la tranquila campiña neerlandesa de Meterik. Su amor por la luz y el color, aspectos que conforman su firma personal, se desarrolló durante sus aventuras formativas en las bulliciosas urbes de Bruselas, Tallin y Bangkok, donde, sentada en primera fila durante la semana de la moda, tuvo una epifanía. «Ese fue el momento en que dije "Vale, esto es lo que quiero hacer. Quiero ser fotógrafa de moda"», recuerda.
Tras obtener su título de fotografía por la Escuela de Bellas Artes LUCA de Bélgica y habiendo trabajado de forma semiprofesional desde 2015, Laura sintió que había acumulado suficiente experiencia dentro y fuera del aula para hacerse totalmente profesional en 2018. «Las instituciones te enseñan los elementos técnicos y te permiten crear una cartera de trabajo conceptual, e incluso intentan prepararte para el mundo real, pero no pueden», explica. «Es algo que hay que experimentar en persona. Tienes que tropezar y levantarte una y otra vez para aprender de verdad de tus errores».
Llamar la atención
La teoría está muy bien hasta cierto punto, motivo por el que Laura decidió crear una colección de fotografías de moda conceptuales. Su proyecto «Are You Aware?» acabó catapultándola (y a su filosofía como fotógrafa de moda sostenible) a la fama.
Una modelo de la pionera cartera de Laura luce una expresión meditabunda y ropa elegante pero reciclada mientras una mancha de petróleo oscuro cubre su pecho. En otra toma, la modelo ignora con gracia una cascada de cieno amarillo que cae por su brazo. Los derrames de petróleo, los desechos tóxicos, los residuos plásticos, la lluvia ácida, la contaminación química, los desechos electrónicos, el smog y la deforestación son referencias que Laura incorpora de forma artística en la colección de tomas que hizo despegar su carrera, todo con atrezo obtenido de manera sostenible. Las nubes con tonos arcoíris que representan la lluvia ácida, por ejemplo, se crearon usando el relleno de un colchón viejo, mientras que el mar de residuos plásticos está íntegramente fabricado con donaciones recicladas de amigos suyos. «La fotografía de moda sostenible simpre había estado ahí, en segundo plano, pero al principio no me atrevía a compartirla con el mundo, pues temía perder clientes», afirma Laura. «Pero un día, pensé: "¿Qué hago? Esto es lo que soy, ¿por qué no lo transmito?"».
Quien no se conciencia, no gana
Hoy en día, Laura cuenta con numerosas marcas y revistas neerlandesas e internacionales entre sus clientes. En cuanto a si busca marcas que demuestren su sostenibilidad o son estas quienes la buscan a ella por defender sus valores, Laura comenta: «Las dos cosas. Me acerco a los clientes y les digo: "Oye, me encanta lo que hacéis y creo que compartimos valores. Este es mi trabajo, ¿os interesaría hacer algo así?", pero a veces es el cliente quien viene a mí una idea en mente, y me encanta debatirla hasta que llegamos a un acuerdo».
Ser fotógrafa de nicho tiene sus ventajas: al ser ecológicamente responsable, Laura ha experimentado un crecimiento paralelo al auge de la concienciación con el cambio climático. Sin embargo, como ella misma apunta, también tiene sus inconvenientes. «Algunas marcas tenían miedo de ponerse en contacto conmigo porque pensaban: "Aún no he llegado a ese punto, ¿querrá trabajar conmigo"». Esta revelación llevó a Laura a rediseñar su sitio web a principios de 2023. «Ahora explico a los clientes que, si aún no han llegado a ese punto, será un placer para mí ayudarles a dar el salto; puedo ofrecerles un punto de partida para evolucionar hacia una producción más sostenible», explica. «El truco está en conocer a las marcas, sean o no de moda. Y si trabajan o quieren trabajar de forma sostenible, a mí me encanta trabajar con ellas».
El equipo adecuado para el trabajo
Canon lleva un tiempo minimizando el impacto de sus operaciones prolongando el uso de los materiales y reduciendo lo máximo posible la generación de residuos. Para ello, hemos transformado la forma en que usamos los materiales en nuestros productos, consumibles, embalajes y operaciones. Canon busca neutralizar sus emisiones para 2050 implementando diseños de productos inteligentes que eliminen los residuos y prescindan de los plásticos de un solo uso y el poliestireno en los embalajes. Este fue uno de los principales factores que llevaron a Laura a elegir equipo de Canon para su trabajo.
Laura fotografía las campañas de sus clientes con su Canon EOS R5, que es capaz de hacer fotos de 45 MP hasta a 20 fps. «Aluciné en cuando me pasé al mirrorless», relata. «El sistema de enfoque automático es sencillamente genial, y todas las fotos salen increíblemente nítidas. De verdad que me encanta trabajar con esta cámara; es una herramienta genial». Una de las características favoritas de Laura de la EOS R5 es su AF en el ojo. «A menudo, hago que mis modelos se muevan mucho, que anden hacia mí, por ejemplo. Así que, activo el modo servo y siempre busca el mismo ojo», explica. «Eso me permite centrarme en crear la foto que busco».
Laura suele combinar su EOS R5 con un objetivo Canon RF 24-70mm F2.8L IS USM. «Es muy fácil de usar, fiable y muy versátil», afirma. «Puedes ampliar el encuadre para incluir a la modelo en la escena o acercarte para hacer una foto más de retrato. No paro de moverme con mis modelos, acercándome y alejándome, y puedo disparar sin tener que pararme a cambiar de objetivo. Me encanta esa mecánica de trabajo».
Laura cambia de vez en cuando al Canon RF 50mm F1.8 STM, que utiliza para acercarse mucho. «Es superfácil de usar; va genial para sesiones de productos o primeros planos interesantes», aclara.
Las fotografías más memorables de Kid Circus
Al imprimir sus propias imágenes, Laura elimina el envío y los perjuicios medioambientales asociados al transporte. Como impresora, utiliza una Canon PIXMA PRO-10S, un modelo A3+ profesional de 10 tintas pigmentadas. Esto lo combina con papel de cáñamo obtenido de forma sostenible para producir obras con las que decorar las paredes de su estudio, además de venderlas a clientes. «Me encanta. Ofrece montones de opciones de color, lo que me garantiza que mis imágenes se reproducirán fielmente. Gracias a eso, mientras el monitor esté correctamente calibrado, la imagen que veo en el ordenador saldrá de la impresora exactamente como esperaba», confirma. El programa de reciclaje de cartuchos de inyección de tinta de Canon ayuda a Laura y a otros usuarios a reciclar.
Si utilizas objetivos EF, pero has dado el salto a una cámara del sistema EOS R, puedes recurrir a un adaptador de objetivo para seguir usándolos. Es una forma estupenda de reutilizarlos sin tener que preocuparte porque tu equipo antiguo se quede obsoleto o no le des uso, y eso es lo que hace Laura. «Tengo un adaptador de montura EF-EOS R de Canon con anillo de control, por lo que puedo seguir usando mi objetivo Canon EF 85mm f/1.2L II USM, que me encanta», cuenta. «También sigo teniendo mi Canon EOS 5DS R y mi objetivo Canon EF 24-70mm f/2.8L USM como segunda opción».
Un mercado de empleados
A pesar de ser una gran defensora del medio ambiente, Laura disfruta aún más animando a sus homólogos a seguir su ejemplo, pues opina que no solo hay demanda de fotógrafos sostenibles en el sector de la moda, sino en todos los géneros. «Si yo puedo hacerlo, los demás también», opina. «En su día tenía miedo: miedo a perder clientes, miedo a no encontrar trabajos... pero todos los clientes me dijeron "¡Esto es genial!". Siempre hay clientes que encontrar si sabes cómo llegar a ellos. ¡Sé fiel a tus principios y "sal del armario" como fotógrafo sostenible!».
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