Dentro del volcán: cómo triunfar en la fotografía y la grabación de aventura

¿Te preguntas cómo convertirte en un cineasta de aventuras? Para Ulla Lohmann, embajadora de Canon, que lleva más de 25 años dedicada a la fotografía y al vídeo de viajes y aventuras, todo comenzó con su fascinación por los volcanes. Ulla vive en Alemania, pero su trabajo para organizaciones como National Geographic, la revista GEO y la BBC, entre otras, la ha llevado a docenas de países. Ha grabado y fotografiado erupciones y flujos de lava, así como a las personas que viven en volcanes activos y en sus alrededores.

Una de las sesiones más peligrosas de Ulla consistió en descender en rápel 600 metros dentro de un volcán activo en las islas de Vanuatu, en el Pacífico Sur. Las fotografías únicas y espectaculares que hizo a apenas 50 metros del lago de lava supusieron la culminación del sueño de toda una vida. «El volcán daba la sensación de ser tan grande y poderoso que me hizo darme cuenta de que los humanos somos muy pequeños», comenta, «pero a la vez me hizo sentirme viva de verdad».

A finales de 2025, Ulla completó un documental de 47 minutos para Red Bull Bergwelten titulado «Italy’s Mountains of Fire: Europe’s most active volcanoes». En el documental, Ulla recorre los volcanes más emblemáticos de Italia: el Etna, el Stromboli, los Campos Flégreos y el Vulcano, el que dio nombre a todo el fenómeno. En él, combina la narración de aventuras con la divulgación científica y, como lo describe Ulla, «lo que hace la gente cuando tiene un volcán activo por su zona», como practicar snowboard por el Etna o bucear para explorar las ruinas sumergidas de una antigua ciudad cerca de los Campos Flégreos.

Viajar a lugares exóticos y fotografiar y grabar para clientes prestigiosos es el trabajo con el que sueña mucha gente. Pero labrarse una carrera como fotógrafa y videógrafa de viajes y aventuras no es tarea fácil. Aquí, Ulla habla sobre su inusual trayectoria en la videografía de viajes, revela el equipo que utiliza y comparte sus consejos para quienes aspiran a convertirse en cineastas de aventuras.

Ulla siente fascinación por los volcanes desde los ocho años, cuando su padre la llevó al Vesubio, a los Campos Flégreos y a las ruinas de Pompeya. Quedó cautivada por la fuerza descomunal de los volcanes y por el olor a azufre, al que ella se refiere como «el aliento de la Tierra». Mientras grababa su documental para Red Bull, regresó a ese mismo lugar y reflexionó sobre su trayectoria.

Al principio, lo único que quería era estudiar volcanes. A los 18 años, ganó un concurso nacional de ciencia para jóvenes en Alemania. «Invertí los 1500 € del premio en un viaje de año y medio alrededor del mundo, y fue cuando empecé a hacer mis primeras fotografías». Aquellas imágenes, junto con los relatos de sus viajes, se publicaban regularmente en una revista mensual de su región.

Durante aquel viaje que le cambió la vida, viajó a Vanuatu para ver los volcanes. Daba la casualidad de que había un equipo de National Geographic allí. Los conoció, los convenció de que sabía cocinar y la contrataron... como cocinera. «Conocerles me hizo darme cuenta de que hay gente que trabaja como periodista y que son "storytellers" con un trasfondo científico, y ese fue el momento en el que me dije que iba a hacer lo mismo».

Ulla se formó en geografía, gestión medioambiental y fotoperiodismo. Sin embargo, el éxito no le llegó de inmediato. Aprendió que es fundamental aguantar los golpes de la vida y saber levantarse de nuevo, sobre todo al principio. La primera historia de Ulla para National Geographic sobre una tribu remota de Papúa Nueva Guinea que tardó tres años en encontrar fue rechazada en un primer momento.

Para Ulla, «todo gira en torno a la historia». Durante gran parte de su carrera, ha implicado dedicarse tanto a la fotografía como al vídeo. Las cámaras EOS de Canon, tanto las de fotografía como las híbridas, permiten cambiar fácilmente entre fotografía y vídeo. Por eso, en la mayoría de sus proyectos combina ambos formatos, según lo que requiera la historia.

Para el documental de Red Bull, Ulla utilizó la cámara Canon EOS R5 Mark II como cámara principal. El equipo de producción utilizó las cámaras de vídeo profesionales EOS C70 y EOS C80. Una de las características más destacadas de todas estas cámaras fue su alto rango dinámico y su excepcional rendimiento ISO, especialmente en condiciones de baja iluminación. «Son entornos con grandes contrastes», explica Ulla. «Por ejemplo, cuando se quiere mostrar la lava brillante que fluye y la lava ya oscurecida y enfriada al mismo tiempo».

El enfoque automático con seguimiento de los ojos de Canon resultó imprescindible, según nos comenta. «Con el resplandor y el calor de la lava al rojo vivo no se puede enfocar manualmente; de hecho, con las gafas y el equipo de protección, casi no se ve bien la pantalla de la cámara. Así que es una suerte poder confiar en que la cámara enfocará y seguirá a los sujetos».

Ulla y su equipo de producción utilizaron una gran variedad de objetivos. Uno de sus favoritos es el modelo Canon RF 28-70mm F2L USM, «un objetivo increíble, sobre todo con poca luz». No obstante, para la narración cinematográfica en lugares remotos, donde el peso es un factor crítico, y para las grabaciones que requieren estabilización de imagen, el equipo utilizó el RF 24-70mm F2.8L IS USM, uno de los tres teleobjetivos zoom profesionales f/2,8 de Canon. Para cubrir toda la gama de longitudes focales necesarias, la lista de equipo para la grabación del viaje incluía también los otros dos objetivos del trío: el RF 70-200mm F2.8L IS USM y el RF 15-35mm F2.8L IS USM.

Inevitablemente, las cámaras y los objetivos para fotografía y vídeo de viajes y aventuras deben rendir en condiciones extremas, y Ulla destaca la robustez de su equipo Canon y su resistencia a las inclemencias meteorológicas. Explica que la lluvia que atraviesa las nubes de gases volcánicos se vuelve muy ácida —de hecho, llegó a corroer las cuerdas de rápel—, pero la cámara aguantó bien las inclemencias meteorológicas.

El equipo de Ulla ha sobrevivido a salpicaduras de agua salada en un barco pesquero, así como a las temperaturas extremas del frío de alta montaña y el calor volcánico. Durante la grabación para Red Bull, recuerda: «En un momento estábamos grabando una entrevista sobre un flujo de lava reciente y tuve que parar. La parte superior ya se había enfriado, pero la inferior seguía caliente... tan caliente que el trípode empezó a derretirse por la base. Aun así, la cámara siguió funcionando».

No todo el mundo tendrá la oportunidad de grabar en volcanes ni querrá especializarse en este ámbito tan concreto. Pero la trayectoria de Ulla demuestra que una mentalidad creativa, la determinación y una sed de aventura inagotable pueden superar los mayores desafíos de la fotografía y la videografía de aventuras. Y, naturalmente, nunca te aburres.

«Me sigue emocionando tanto como cuando empecé porque soy consciente de lo poderosas que son las historias y de que realmente puedo cambiar la vida de las personas. Cuando doy charlas recibo muchos comentarios de gente que me dice que les he inspirado para cumplir sus sueños, que les he cambiado la vida, y eso es muy gratificante. Eso es lo que me impulsa a hacer lo que hago».

«Desarrolla tus habilidades para narrar historias, ya que mucha gente puede conseguir imágenes increíbles, pero es la historia lo que te hace destacar como fotógrafo. Encuentra una historia, desarróllala y, si tu historia es lo bastante sólida y tienes un mensaje personal que transmitir, acabarás triunfando».

«Es necesario invertir tiempo, dinero y energía en algo que te apasione de verdad. Simplemente hago lo que más me gusta. Me especialicé en culturas indígenas, sobre todo en las comunidades que viven alrededor de volcanes. Es un campo muy reducido, pero conseguí abrirme paso proponiendo las historias adecuadas y muchos medios empezaron a ponerse en contacto conmigo. Conviértete en experto en un área y utiliza un estilo de fotografía único para contar la historia».

«Mi primera historia con éxito fue sobre una tribu de Papúa Nueva Guinea que aún practica la momificación y nunca había sido fotografiada. Las revistas buscan fotografías que no se hayan visto antes; algo visualmente interesante que cuente una historia. Elige un tema de interés general que desvele algo nuevo».

«Si quieres ser fotógrafo de aventuras o de expediciones, asegúrate de conocer bien el terreno: aprende escalada en hielo, esquí de travesía y, siempre que puedas, llega a lugares a los que otros no pueden. Así tendrás ventaja como fotógrafo y podrás conseguir trabajo gracias a tus habilidades específicas».

«Tienes que ser un miembro más del equipo: tienes que llevar el mismo peso, recorrer las mismas distancias y hacer tu trabajo. Llévate lo necesario, no lleves mucho peso y asegúrate de incluir algo de ejercicio en tu rutina diaria, ya que la forma física y la resistencia son parte fundamental del trabajo».

«Sal siempre con una historia en mente: piensa en la atmósfera que quieres transmitir y en las tomas que necesitas conseguir. A partir de ahí, planifica qué equipo llevarás a la expedición. Ten en cuenta que, cuando trabajas con volcanes, puedes planificar hasta cierto punto: nada sale exactamente como esperas y eso también puede formar parte de la historia. La verdad es que las ciudades me dan más respeto. En la naturaleza, si estás alerta, puedes ver las señales y tratar de anticipar lo que podría ocurrir: ¿qué pasaría si el volcán entrara en erupción? ¿Hacia dónde fluiría la lava? Se trata de gestionar el riesgo. Lo pienso todo con antelación y, normalmente, puedo mantener la calma porque ya me he preparado».

«Tengo que saber dónde está todo en mi mochila. Tengo que saber controlar la cámara de noche con los ojos cerrados. Tengo que ser capaz de cambiar un objetivo en mitad de una tormenta de ceniza. Y tengo que confiar en mi equipo. Por eso, prefiero trabajar con menos que con demasiado. Si no puedo llevar el objetivo que quiero o poner en peligro mi relación con personas que no están familiarizadas con las cámaras, elijo la practicidad sobre ese último grado de perfección. No quiero decir que no busque la toma perfecta, pero lo importante es conseguirla».

«Para mí, trabajar en equipo es fundamental. Durante la sesión en el volcán, por ejemplo, apenas dormíamos una o dos horas por noche durante dos semanas. Cuatro horas era todo un récord. Normalmente, cualquiera se vendría abajo con esta presión, pero todos teníamos el mismo objetivo y remábamos en la misma dirección».

«Del mismo modo, siempre es bueno colaborar con ONG y con las comunidades locales; asegúrate de que también se beneficien de que la gente tome sus fotografías. Contar sus historias puede ayudarles, por supuesto, pero, cuando fotografío a personas, también les devuelvo parte de mis ingresos, ya sea a ellos o a su comunidad, a través de ONG que los apoyan tras desastres naturales y otras situaciones difíciles».

«Me gusta reunirme con editores en festivales de fotografía como Visa pour l'Image, pero suelen tener poco tiempo, así que asegúrate de poder explicar tu historia en una frase. Todos los años creo un porfolio con historias nuevas, se lo muestro a los editores y suele dar resultado una de cada diez veces. Así es cómo funciona el juego. Ayuda tener un buen porfolio, pero muchos editores navegan por las redes sociales y los sitios web en busca de fotógrafos, así que asegúrate de que tus mejores imágenes estén ahí».