GRABACIÓN

Poesía cinemática: grabar un haiku de vídeo con la cámara EOS R8 de Canon

Te suena la poesía haiku, pero ¿has oído hablar de cine haiku? Descubre cómo Alexandra Andreeva creó un corto de 50 segundos inspirado en el diseñador de moda sostenible Benjamin Benmoyal.
La fotógrafa Alexandra Andreeva graba al diseñador de moda Benjamin Benmoyal mientras utiliza un taladro para enrollar un carrete de cinta de vídeo.

«Al ver la película haiku en pantalla grande, la calidad de imagen producida por la cámara híbrida EOS R8 de Canon era simplemente increíble», afirma la doctora y fotógrafa Alexandra Andreeva. «Esta cámara capta todos los detalles: los pequeños movimientos, los pliegues alrededor de los ojos. Puedes mostrar al espectador exactamente lo que quieres que vea».

A veces menos realmente es más. El haiku es una fórmula normalmente asociada a la poesía japonesa, pero este estilo minimalista puede inspirar una narración poderosamente concisa cuando se aplica al cine. Una película haiku es también un formato que permite a los principiantes explorar las ricas posibilidades audiovisuales que ofrece el vídeo, con sus parámetros como guía.

La creadora de contenido Alexandra Andreeva, que reside en Viena, lleva mucho tiempo interesada en probar el vídeo, pero siempre le ha dado «un poco de miedo» la transición de la fotografía al vídeo, entre otras cosas porque su antigua cámara réflex APS-C de Canon no tiene funciones de vídeo. Aquí comparte su experiencia de grabar un haiku cinematográfico sobre el diseñador de moda Benjamin Benmoyal con la cámara mirrorless Full Frame EOS R8 de Canon, y ofrece algunos consejos sobre cómo hacer tus propias películas haiku.

Identifica la historia de tu haiku cinematográfico


Una película haiku, también conocida como un haiku de vídeo o cinematográfico, es un cortometraje poético compuesto por secuencias breves que se combinan para contar una historia corta o captar un momento en el tiempo. El rodaje de Alexandra tuvo lugar en el luminoso estudio de Benjamin en París, donde crea sus prendas con telas tejidas a partir de cintas recicladas de viejos casetes de audio y vídeo, como las cintas VHS.

Para Alexandra, el primer paso consistía en sentarse con Benjamin y charlar sobre su proceso creativo. «Me hacía una lista de tomas imaginaria en mi cabeza, aunque era consciente de que esto evolucionaría a lo largo del rodaje dependiendo de la hora, de donde viniese la luz, del ambiente y del ritmo que él llevase», comenta Alexandra. Como doctora cualificada, ofrece una analogía médica: «Es como tener el esqueleto y luego, durante el rodaje, le vas dando cuerpo».

Le interesaba contar cómo crea Benjamin sus diseños, pero también captar su personalidad y su imaginación. «Benjamin es joven, divertido, energético; puedes ver la chispa de sus ideas en sus ojos. Quería mostrar cómo convierte todo eso en lo que hace».

Un técnico con guantes limpia el sensor de una cámara de Canon.

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Fotograma de un vídeo en el que se muestran dos imágenes sobre fondo negro de una mujer enmarcada por vegetación y vestida con una colorida túnica estampada de flores.

Piensa en qué estilo quieres

La película de Alexandra usa capas para dar interés a una escena: a veces graba a través de vegetación en primer plano y ajusta la perspectiva para dar una sensación de movimiento. «Me interesaba jugar con la distancia», afirma, y la película pasa entre planos ambientales en las que se ve a Benjamin vistiendo a una modelo, y primeros planos de sus manos recortando un patrón. «Alternar las cosas así hace que la película sea más dinámica, más interesante de ver», explica. «Grabar todo en primer plano sería muy aburrido».

Este uso de capas en el cine también encaja con los temas de la sostenibilidad y el reciclaje: unir objetos dispares de forma creativa. «Siempre me fascina la gente que crea algo nuevo que puedes tocar y llevar puesto. Me encanta cómo Benjamin, en su trabajo, coge algo familiar de nuestra infancia, las cintas VHS, y las reutiliza».

Se muestra una mujer posando entre vegetación en la pantalla táctil de ángulo variable situada en la parte trasera de una cámara EOS R8 de Canon.

«Para mí, como novata absoluta en el mundo del cine, lo más importante fue que la cámara era fácil de usar», cuenta Alexandra, que además usó el modo de disparos en serie a alta velocidad de la EOS R8 para captar una secuencia de fotografías para su película haiku.

Dirige la escena

A la hora de rodar su haiku, «dirigía el 65 % del tiempo y el resto observaba», afirma Alexandra. «Quería que la iluminación fuese la adecuada para que se pudiera apreciar la textura tridimensional de la tela. A veces le pedía a Benjamin que hiciese algo un poco más despacio, pero otras estaba vistiendo a una modelo y lo grababa [en tiempo real]».

Para Alexandra, que está más acostumbrada a grabar paisajes, tener la oportunidad de dirigir a personas fue toda una revelación. «Normalmente, espero a que salga el sol detrás de una montaña, así que fue agradable tener la oportunidad de jugar con diferentes elementos en el encuadre. Podía pedirle a alguien que moviera el brazo un poco a la izquierda, para que encajase con lo que tenía en mente».

Improvisa en el momento

Algunas de las secuencias favoritas de Alexandra fueron reacciones espontáneas a la situación tal y como ella la observaba. «Cuando estás grabando, repasas la lista en tu cabeza, pero a veces no coincide con tu idea. O te das cuenta de que una tela en concreto queda bien con la luz y sugieres a la modelo que dé una vuelta».

La cámara EOS R8 de Canon, con su avanzada tecnología Dual Pixel CMOS AF II con detección inteligente de sujetos, era la herramienta perfecta para el trabajo. «Puedes cambiar fácilmente el punto de enfoque con solo tocar la pantalla con el dedo; el enfoque cambia con mucha suavidad», dice Alexandra, que está acostumbrada tanto al enfoque automático como al manual.

«Cuando el enfoque cambia de delante hacia atrás, se hizo tocando la pantalla, y cuando el enfoque cambia dentro de una sola toma, se hizo manualmente. También tocaba la pantalla donde quería colocar el enfoque para las tomas más grandes, como, por ejemplo, cuando la modelo daba vueltas».

Alexandra cambiaba entre el objetivo RF 24-50MM F4.5-6.3 IS STM de Canon, que le daba la flexibilidad de elegir entre tomas más amplias o más cerradas al momento, y un objetivo RF 50mm F1.8 STM de Canon, su longitud focal preferida para los retratos.

Alexandra Andreeva sujeta una EOS R8 de Canon, con un gran edificio detrás de ella desenfocado.

Canon EOS R8: desafío Full Frame ecológico en París

La EOS R8 permitió a la creadora de contenido Alexandra Andreeva dar el salto al formato Full Frame y completar una serie de encargos fotográficos y de grabación de vídeo.
Una cámara EOS R8 de Canon con un micrófono acoplado y montada en la empuñadura de un trípode.

«Fue genial poder acoplar un micrófono externo a la parte superior de la cámara cuando quería grabar ciertos sonidos, como el zumbido de un taladro», dice Alexandra.

No dudes en experimentar

Otra función que le impresionaba a Alexandra era la grabación a cámara lenta. «Pienso que contribuye enormemente al ambiente», afirma entusiasmada. Es un efecto creativo que ya había utilizado anteriormente, pero solo en el smartphone, por lo que la calidad de imagen al rodar a 180fps en Full HD en la cámara EOS R8 de Canon fue muy superior. «La calidad Full Frame era increíble», comenta.

Para Alexandra, como cineasta principiante, la mayor ventaja con diferencia fue lo intuitivo que resultaba utilizar la cámara. «Solo tienes que decirle a la modelo dónde ir y cómo girar, y la cámara hace la magia. Puedes centrarte en conseguir la composición que buscas».

Aun así, a Alexandra le sorprendió gratamente lo ligero que era el cuerpo de la cámara Full Frame en comparación con la cámara réflex APS-C de Canon con la que está acostumbrada a trabajar, y lo flexible que resultaba usar la pantalla de ángulo variable. «Trabajaba sin trípode y podía cambiar el ángulo con la pantalla, lo que me evitaba tener que moverme mientras la modelo mantenía una pose», añade.

Aunque rodó mucho material, Alexandra tenía muy claro qué utilizaría en la película final y qué se quedaría en la sala de edición. «Me pasa lo mismo cuando tomo fotografías: a medida que transfiero las imágenes, recuerdo las que más me han gustado», explica.

Primer plano de unas manos sujetando una cámara Canon EOS R8.

Para Alexandra, es importante seguir probando cosas y explorar nuevas direcciones, aunque no siempre consiga el resultado que esperaba. «Me gusta mucho repasar todos mis trabajos y ver cómo he mejorado», explica.

El único límite es tu imaginación

La cámara EOS R8 es un trampolín para la creatividad: accesible y fácil de usar, pero con calidad de imagen y funciones, como el seguimiento de enfoque automático, que llevarán tus fotos y vídeos al siguiente nivel.

También es una gran elección para aquellos que buscan mejorar sus habilidades de grabación de vídeos, gracias a características de nivel profesional como un enfoque automático con baja iluminación excepcional, la posibilidad de grabar en Canon Log 3 y funciones de asistencia de vídeo intuitivas. «No soy fotógrafa profesional, pero tampoco aficionada», afirma Alexandra. «Creo que esta cámara está hecha para gente como yo».

Tras su primera incursión en el mundo del cine, Alexandra está deseando ver adónde la llevará la EOS R8 de Canon. «No tienes ninguna limitación», concluye. «Nunca tienes que pensar "no puedo hacer eso". Solo tienes que seguir tu imaginación».

Escucha la experiencia de Alexandra en el podcast Shutter Stories:

Rachel Segal Hamilton

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