5. Aprende a romper las reglas
«Olvídate de la regla de los tercios, la exposición perfecta, la idea de que "todo tiene que salir nítido" o de que los paisajes se capturan en horizontal y los retratos en vertical», dice Kevin. «Internet está plagado de reglas como estas, y creo que son lo peor que puedes hacerle a tu fotografía. A la hora de encuadrar un paisaje, yo no calculo dónde tiene que quedar el horizonte ni dónde tengo que colocar el motivo; simplemente sigo mi instinto».
Algunas de las imágenes más reconocidas de Kevin desafían lo convencional. Su toma de unos flamencos en Bolivia, por ejemplo, se hizo en pleno día, sobre la 1 de la tarde, «cuando otros fotógrafos de paisajes quizá se hubieran ido a echar la siesta porque no creerían que hubiera nada interesante que sacar de ahí», ríe. Gracias al omnipresente reflejo y la ausencia de sombras, la foto logra este tono suave, onírico y apastelado que tanto le gusta a Kevin. A menudo fotografía a contraluz, práctica que muchos fotógrafos de paisajes rehúyen para mantener la escena nítida y evitar los reflejos en la lente, a menos que sea precisamente eso lo que buscan.
Como es evidente, la facilidad de Kevin para desoír lo que dicen las convenciones de estilo y técnica refleja su actitud hacia la vida en general. Le atraen las subculturas, los marginados que viven en los límites de la sociedad mayoritaria: luchadores, isleños, hippies alejados de las grandes urbes en la ecoaldea española de Matavenero o activistas antiaeropuertos en el campamento de protesta de la ZAD francesa. «Siempre me ha fascinado lo exótico cercano», explica. «Hay tanto que descubrir bajo la superficie...».