El despegue de una carrera
George, nacido en 1957 en Beverly Hills, California, estudió Geofísica en la Universidad de Stanford, pero su «inquietud» le llevó a dejarlo y pasar los dos años siguientes haciendo autoestop por África. Asegura que fue «un auténtico safari de estar por casa» al que apenas llevó equipaje: un kit contra mordeduras de serpiente, una hornilla y una cámara de 35 mm. «Me encantó hacer fotos», dice, «y pensé: "¿Y si pudiera vivir de esto?"».
Volvió a Stanford para terminar sus estudios y, tras unas breves prácticas en una empresa petrolífera, encontró trabajo en un estudio fotográfico, del que le echaron, para luego colaborar con un fotoperiodista... y volver a ser despedido. No obstante, mantuvo el contacto con este último, que le pasaba algún que otro trabajo. En 1989, George recibió su primer encargo de National Geographic.
«Mi primera historia para National Geographic trataba la exploración de petróleo, ya que estudié Geofísica en la universidad y conocía el sector», declaraba. «Esto me permitía hacer fotos que contaran una historia que no mucha gente conocía. Mis habilidades eran aceptables, pero conocía muy bien el tema. Esa es la clave. Creo que el conocimiento es mucho más importante que la habilidad fotográfica. Lo que interesa es contar una historia. Es necesario investigar y conocer bien el tema».