La
EOS-1D X Mark III de Canon
revoluciona la fotografía de naturaleza

Con sus más de 180 000 km² de superficie, la región sudamericana del Pantanal es el humedal tropical más extenso del mundo y alberga la mayor concentración de vida salvaje de todo el continente. Por ello, este espacio, catalogado como parque nacional y declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO atrae a numerosos fotógrafos de naturaleza. Aquellos especializados en el ámbito de la conservación, como el embajador de Canon Thorsten Milse, tienen la oportunidad de seguir la pista a algunas de las especies que más interés despiertan, como jaguares, caimanes, carpinchos, monos aulladores negros, o guacamayos y tucanes de vivos colores.

En su quinto viaje a la región brasileña del Pantanal, que alberga una rica biodiversidad, Thorsten pasó 15 días recorriendo su entorno selvático y sus canales en busca de los mayores depredadores del humedal y de especies incluidas en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN, como el jaguar, el ocelote o la nutria gigante.

En esta ocasión recurrió a la EOS-1D X Mark III de Canon, la nueva cámara de acción estrella de Canon. Aprovechó sus capacidades para la fotografía con poca luz, perfectas para inmortalizar depredadores nocturnos, y puso a prueba su sistema de enfoque automático con sujetos en rápido movimiento.

Condiciones fotográficas exigentes

Según nos cuenta Thorsten, «en el Pantanal habitan animales singulares. El principal protagonista es el jaguar, el mayor depredador de Sudamérica. Es una especie amenazada pero aquí hay una población bastante grande, así que es fácil verlos y fotografiarlos con la cámara».

Incluso con una ISO 25600, al utilizar una velocidad de obturación de 1/125 s, Thorsten conseguía imágenes tan nítidas de los ocelotes trepando por los árboles que incluso podían superar a las fotografías tomadas a la luz del día. La calidad era lo bastante buena como para convertir las fotos en las impresiones de unos 2 metros de ancho que luego mostraría en la exposición final de su gran proyecto sobre vida salvaje en peligro de extinción a nivel mundial. Thorsten también se benefició del excepcional rendimiento de los disparos en serie que ofrece la EOS-1D X Mark III de Canon. Gracias a esta funcionalidad, pudo capturar ráfagas de entre 400 y 500 archivos RAW en las tarjetas CFexpress que introdujo en las dos ranuras de la cámara.

«En la fotografía de naturaleza, la mayoría de las imágenes buenas se consiguen al anochecer», comenta. «Hay que hacer las fotos con valores ISO 3200, 6400 o 12800. Aunque sin duda, la ISO 25600 de esta cámara te permite obtener más imágenes. Durante mucho tiempo, si hacía 500 fotografías, solo tres o cuatro salían realmente nítidas con una ISO 6400. Ahora han pasado a ser cientos».

Para permitir la entrada de un poco más de luz, Thorsten intenta no ceñirse a la regla de oro para obtener resultados nítidos, según la cual, la velocidad de obturación debe ser, al menos, proporcional a la longitud focal. Por lo tanto, si una imagen se toma a 560 mm, la velocidad de obturación debería ser de 1/560 s como mínimo. El hecho de que pueda obtener imágenes nítidas como las que aparecen más arriba, tanto con esta longitud focal a 1/320 s como con una longitud focal de 335 mm a 1/125 s, deja patente la eficacia de la estabilización de imagen que ofrecen sus objetivos IS de Canon.

Enfoque automático rápido y accesibilidad mejorada

«Lo más importante para hacer fotos de naturaleza de alta calidad es la configuración de ISO y el seguimiento AF», explica Thorsten. Con el nuevo sensor AF, que ofrece una resolución 28 veces superior que su predecesor, el seguimiento de la acción mejora radicalmente con la EOS-1D X Mark III de Canon, lo que resulta ideal para los fotógrafos de naturaleza que buscan fotos extremadamente nítidas de sujetos en movimiento.

Thorsten quedó especialmente satisfecho con el nuevo botón AF de la cámara, que le permitía cambiar el punto de enfoque y seguir el movimiento de los sujetos más rápido que nunca. «Es perfecto», comenta. Y añade: «Es mucho más rápido que el típico dial de selección o que la antigua palanca de control tipo "joystick". El botón es muy rápido y es posible cambiar su sensibilidad. Así, si un ocelote salta de izquierda a derecha en un segundo, puedes trasladar el campo de AF al instante; es tan inmediato como pulsar una pantalla táctil. Además, gracias a su sensibilidad y a su precisión, facilita el seguimiento de sujetos cuando hay poca luz».

Principalmente, Thorsten utilizó los objetivos a los que más recurre para sus fotografías de naturaleza: el EF 600mm f/4L IS III USM de Canon y el EF 200-400mm f/4L IS USM Extender 1.4x de Canon. Para fotografiar jaguares y nutrias a distancias de unos 20 metros con estos teleobjetivos, además de utilizar la captura en ráfagas, era especialmente importante la precisión a la hora de seguir a los animales.

«Si un jaguar está nadando, saltando dentro del agua o marcando su territorio, necesitas una velocidad de obturación rápida y un sistema de enfoque automático muy bueno. Con la EOS-1D X Mark III de Canon, es más fácil seguir al sujeto en condiciones de baja iluminación, en especial cuando llevas un teleobjetivo. Se logra una mayor nitidez en las fotos.

Si usas un objetivo EF 600mm f/4L IS III USM de Canon a 20 metros, obtienes una imagen Full Frame. Cuando estás disparando una ráfaga, el espacio del encuadre es muy reducido, así que sabía que si hacía 20 fotos, solo una sería perfecta. Ahora, con la velocidad de ráfaga de 16 fps con el visor y de 20 fps en el modo Visión en directo, no desperdicias ni una captura».