ARTÍCULO

Susan Meiselas: 5 lecciones de una vida en la fotografía

An indigenous tribeswoman in Papua covered in white mud. Photo by Susan Meiselas.
Susan Meiselas, miembro de Magnum Photos, ha fotografiado historias de pueblos de todo el mundo, incluso indígenas de Papúa, durante una trayectoria de más de cuatro décadas. © Susan Meiselas / Magnum Photos

Era el 16 de julio de 1979, un día antes de que el presidente Anastasio Somoza Debayle huyera de Nicaragua y los insurgentes sandinistas tomaran el control del país. Como fotógrafa documental americana, Susan Meiselas apretó el obturador y capturó a Pablo de Jesús «Bareta» Araúz a punto de lanzar un cóctel molotov, creando así una icónica imagen de la revolución. En 2016, la revista Time declaró la foto, conocida como «Molotov Man» (Hombre molotov), como una de las 100 fotografías más influyentes de la historia.

Miembro de Magnum Photos desde 1976, Susan lleva más de 40 años documentando conflictos sociales y políticos por todo el mundo en general y por Latinoamérica en particular. Ha sido pionera en realizar proyectos para documentar la memoria cultural y social, incluida la conservación de una historia fotográfica centenaria de Kurdistán y el trabajo durante seis años con los pueblos indígenas de las tierras altas de Papúa.

Susan, que sigue trabajando a sus más de 70 años, ha ganado el premio de la Fundación de Fotografía de la Deutsche Börse de 2019. Los organizadores del premio declararon que «ha contribuido de forma continuada y excepcional a la fotografía, ha influido en la manera en la que el público encuentra y entiende la forma y ejemplifica el compromiso y la implicación personal con la temática y los sujetos, dejando todo ello una huella indeleble en la historia de la fotografía».

También ha recibido el premio de la Fundación Kraszna-Krausz de 2019, el cual «reconoce a fotógrafos cuyas carreras ejemplifican los más altos estándares de la producción de libros de fotografía y que han inspirado creatividad, han creado proyectos con rigor y han tenido un impacto duradero en sus compañeros y en la práctica de la creación de imágenes».

Susan es autora de libros sobre muchos de sus grandes proyectos, desde «Carnival Strippers» (Strippers feriantes), que documenta los «espectáculos de chicas» que recorrían los Estados Unidos a principios de los 70, hasta «A Room of Their Own» (Una habitación propia), que retrata experiencias de mujeres en un refugio para mujeres de Reino Unido. «Para mí, los libros siempre han sido una forma crucial de recopilar mi trabajo y se basan en lo que he visto al mismo tiempo que les da presencia a otras voces y pone en contexto los materiales», afirma.

En este artículo, Susan comparte cinco cosas que ha aprendido a lo largo de su distinguida carrera y vida en la fotografía, desde su enfoque creativo hasta la evolución constante de sus imágenes.

People sit on a beach looking at a wall with graffiti on. Photo by Susan Meiselas.
Susan dice que casi nunca llega a un lugar con una idea preconcebida de cómo se desarrollará un proyecto, sino que prefiere dejar que las historias vayan evolucionando según va conociendo a la gente y las historias del lugar. También ha retomado algunos proyectos anteriores y ha vuelto a visitar lugares como Tijuana, en la frontera de México con Estados Unidos. © Susan Meiselas / Magnum Photos
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1. Los conceptos evolucionan sobre el terreno

«No siempre se sabe cómo empezar un proyecto, el proceso implica llegar a conocer un asunto, y esto te puede llevar varias décadas o un plazo relativamente corto», dice Susan. Aunque realiza una profunda investigación antes de dirigirse a un nuevo destino o antes de embarcarse en una historia, ha descubierto que el trabajo real empieza una vez que se está allí.

«Casi nunca llego a un lugar con una idea preconcebida», continúa. «Más bien, el concepto evoluciona al estar sobre el campo, interactuar con la gente y discernir lo que parece apropiado». Así ha sido con un proyecto reciente, «A Room Of Their Own» (Una habitación propia), que explora las experiencias de mujeres en un refugio para mujeres en Black Country, un área de las Tierras Medias Occidentales de Inglaterra. Enviada por la organización de arte británica Multistory, Susan impartió una serie de talleres a las mujeres del refugio para crear narrativas visuales combinando fotografías, testimonios en primera persona e ilustraciones originales, lo que dio lugar al proyecto publicado en 2017.

«Este proyecto es colaborativo en el sentido de que yo no sabía si las mujeres que estaban en este refugio para víctimas de violencia doméstica iban a querer participar; no solo siendo fotografiadas, sino también compartiendo sus historias», cuenta. «Evolucionó a través de talleres con otros artistas locales y de ir adquiriendo una idea de cómo podría contribuir, que acabó siendo en forma de retratos de su espacio personal. No empecé con esa idea, se engendró estando allí».

Por el contrario, cuando cubres eventos en desarrollo, las situaciones en las que te involucras te guían inevitablemente. «En mi trabajo en Centroamérica, las cosas cambiaban a diario, así que la dinámica iba mucho más allá de lo que podría imaginar», cuenta Susan. «Respondía lo mejor que podía a una situación que no paraba de cambiar, un proceso diferente a cuando estás en los confines de un lugar, como el refugio para mujeres. No te puedes anticipar a lo que te vas a enfrentar, por lo que es un trabajo muy intuitivo. Se trata de estar lo más expuesta posible a los retos de ser testigo».

A large group of people gathers around mounds of earth. Photo by Susan Meiselas.
Actualmente, Susan fotografía con equipo de Canon, combinando una EOS 5D Mark III con los objetivos EF 35mm f/1.4L II USM o EF 24-105mm f/4L IS II USM. Afirma que su longitud focal preferida está «entre 28 mm y 35 mm. Creo que eso dice bastante sobre lo cerca que quiero estar sin que haya distorsión y sin invadir demasiado el espacio de la gente con la que espero tener relación». En esta foto, tomada en 1991, la gente estaba de pie junto a unas tumbas en Solimania, en el Kurdistán iraquí. © Susan Meiselas / Magnum Photos

2. Descubre tu propio enfoque fotográfico

«Siempre trabajas con tus propios pensamientos, sentimientos y valoración de los momentos», dice Susan. «Lo más importante es cómo te presentas a ti misma y tu compromiso con el asunto. No es solo lo que hay en tu mente, sino también en tu cuerpo. A menudo, utilizo una sola cámara, a veces un solo objetivo e intento no complicarme demasiado.

«Mucha gente dice que los fotógrafos son como un objetivo particular en sí mismos», asegura. «En otras palabras, hay gente que fotografía con objetivos más largos, más cortos o más amplios. Yo me quedo entre los 28 mm y los 35 mm. Creo que eso dice bastante sobre lo cerca que quiero estar sin que haya distorsión. Algunos trabajan con 21 mm y 24 mm, pero eso para mí invade demasiado el espacio de la gente con la que espero tener relación».

Susan ha confiado en las cámaras Canon a lo largo de los años, y ha ido progresando con la evolución de la gama EOS. Ahora utiliza una EOS 5D Mark IV, a menudo junto con un objetivo EF 35mm f/1.4L II USM.

Su estilo personal ha ido evolucionando en favor de los objetivos prime, mientras que utilizaba objetivos zoom para cubrir conflictos y situaciones en las que buscaba moverse de la manera más rápida y ligera posible.

«Canon fue importante especialmente cuando utilizaba objetivos zoom en situaciones de mayor conflicto, y he descubierto que el EF 24-105mm f/4L IS II USM es genial para pasar desapercibida», cuenta.

«No tengo un enfoque fijo. Varía según la persona que participa siendo fotografiada. Con la gente en particular, colocas tu presencia física con la elección de tu objetivo».

The legs of two men are seen, looking at a poster that reads ‘Girls’. Photo by Susan Meiselas.
Susan afirma que su exposición de 1974 «Carnival Strippers» (Strippers feriantes) fue de las primeras en combinar fotografías fijas con entrevistas en audio. © Susan Meiselas / Magnum Photos

3. El contenido multimedia ofrece un sinfín de posibilidades

Susan ha experimentado con diferentes soportes en sus trabajos desde el principio de sus proyectos visuales, cuando fotografió a las strippers feriantes de Estados Unidos durante los veranos de 1972 a 1975 a la vez que enseñaba fotografía en escuelas públicas de Nueva York.

Al tiempo que seguía a las chicas por ferias de pueblos pequeños en la región de Nueva Inglaterra, Susan grababa entrevistas con las bailarinas, los responsables del espectáculo y los clientes que después reproduciría como sonido de ambiente en la exposición de la obra: una presentación pionera en la época.

A child peeks through a gap between two large metal doors.

Chris Steele-Perkins: la historia que más me ha conmovido

El fotoperiodista veterano de Magnum Chris Steele-Perkins nos habla de la historia que más le ha afectado a lo largo de su carrera.

«La mayoría de gente, si grababa sonido, era porque hacía películas», dice. «Desde luego, no vi ninguna exposición de fotografías con sonido en directo, es decir, que no había sonidos específicamente ligados a imágenes concretas, sino que era sonido ambiental para complementar las fotografías. Fue complicado montar el sonido. Era 1974 y todavía me parece un formato impactante, pero no he vuelto a trabajar con él de la misma forma desde entonces».

Susan ha seguido aprovechando el poder del audio, incluso en su exposición «Mediations» (Mediaciones) de 2018, la cual incluía audio del vecindario de su trabajo de Nueva York en los 70, «Prince Street Girls» (Las chicas de la calle Prince). También ha experimentado con avances digitales, como con el sitio web akaKURDISTAN, que lanzó en 1998 para complementar el libro de su proyecto de seis años de restauración de una historia fotográfica centenaria de la región de Kurdistán. Este archivo digital sirve como intercambio cultural constante, brinda un espacio para la memoria colectiva y habita en un espacio físico mediante una exposición que sigue dando la vuelta al mundo y congregando a la diáspora kurda.

«He intentado experimentar a medida que la tecnología ha ido evolucionando y creando nuevas oportunidades... pero ojalá fuera 20 años más joven», dice riendo Susan. «Puede que la idea de la colaboración lleve rondándome la cabeza mis cuatro décadas de trabajo. Hoy en día, existen entornos maravillosos para que los jóvenes estudien, y está claro que, cuanto más te expones a las posibilidades, más puede crecer tu imaginación».

Three people look at a large mural print of people picking through the remains of their collapsed house. Photo by Susan Meiselas.
El proyecto de Susan «Reframing History» (Reencuadrando la historia) la llevó de vuelta a Nicaragua en 2004 para instalar murales basados en sus tomas originales de 1978. © Susan Meiselas / Magnum Photos

4. Hay un poder personal en retomar proyectos

Además de cubrir una enorme variedad de temas, Susan también ha retomado proyectos, entre ellos volver a visitar Tijuana, México, en 2018, lo que le trajo recuerdos fotografiando a emigrantes que intentaban cruzar la frontera de México con Estados Unidos en 1989.

«Estuve en Tijuana un periodo de tiempo relativamente corto, justo cuando la caravana de emigrantes llegaba y se hablaba del muro y de los debates sobre inmigración», relata. «Fue conmovedor recordar que tan solo 20 años antes no era más que una alambrada en la frontera. Cuando tengo la oportunidad, retomar una historia significa mucho para mí».

Lo de volver es algo que Susan sigue haciendo. Después de plasmar la resistencia del pueblo, la insurrección y el triunfo de la revolución en Nicaragua, 10 años después realizó «Pictures From a Revolution» (Imágenes de una revolución), una película sobre su búsqueda de sujetos para sus fotos. Volvió en 2004 para instalar 19 murales con sus imágenes en el paisaje donde se hicieron por primera vez para el 25.º aniversario de la revolución, en un proyecto llamado «Reframing History» (Reencuadrando la historia). Con la reedición de su libro de imágenes nicaragüenses, Susan personalizó la aplicación «Look & Listen» (Mira y escucha) para que las fotos del libro activaran videoclips cortos.

«Los videoclips eran mis recuerdos haciendo la fotografía o los sujetos rememorando cuando se hizo», afirma Susan. «Funciona de manera diferente cuando está en el libro o en una fotografía de una exposición, pero creo que ambas formas son muy efectivas».

Graffiti on a blue wall showing a stencil of ‘Molotov Man’ - a Sandinista throwing a Molotov cocktail.
La icónica imagen de Susan «Molotov Man» (Hombre molotov) se ha replicado por toda Nicaragua, como en esta pintada que Susan fotografió en 1982. © Susan Meiselas / Magnum Photos

5. Una vez publicadas las imágenes, ya no son solo tuyas

Aceptar la pérdida de control una vez que se publica tu trabajo forma parte intrínseca de crear imágenes. «No creo que nadie que trabaje en un entorno digital pueda controlar hoy día el uso ni el significado de su trabajo», dice Susan. «En cierto modo, todos corremos un riesgo, porque las fotografías se mueven en un entorno viral».

Susan ha visto cómo otros malinterpretaban o adaptaban sus imágenes. «Me ha pasado muchas veces... Si echas la vista atrás sobre cómo se utilizaban en las revistas a finales de los 70, no representaban lo que se había descrito claramente en el reverso de la impresión», asegura. «No había confusión con respecto a las circunstancias que la rodeaban, pero se utilizaba en otro contexto. La gente ha utilizado mis imágenes en blogs para sus propios fines, que nada tienen que ver con el tema ni con la relación que yo tenía con él».

Es conocido el caso de «Molotov Man» (Hombre molotov), su imagen de 1979 de un insurgente nicaragüense que lanza un cóctel molotov durante la lucha entre la dictadura de Somoza y los insurgentes socialistas sandinistas, que cobró vida propia. «Se convirtió en un símbolo de la revolución, apareció por toda Nicaragua en cajas de cerillas, camisetas, panfletos y pintadas.

«Una vez que se publican las imágenes, ya no son del todo tuyas», afirma Susan. «A veces me agrada lo que descubro a partir de lo que crea la gente con esas fotografías. Prefiero que sea un intercambio y un diálogo, que se comparta. Sin embargo, los fotógrafos no siempre tienen el control de lo que ocurre, así que solo puedes responder con contranarrativas o esperar que se vuelva a poner en contexto si es necesario».

Escrito por Lucy Fulford


El kit de Susan Meiselas

El equipo clave que utilizan los profesionales para capturar sus imágenes

A Canon EOS 5D Mark IV with a Canon EF 24-105mm f/4L IS II USM lens.

Cámara

Canon EOS 5D Mark IV

Esta réflex de fotograma completo de 30,4 MP captura con un increíble nivel de detalle, incluso en situaciones de contraste extremo. El disparo en serie de 7 fps te ayuda a capturar el momento perfecto, mientras que el vídeo 4K proporciona vídeo de ultraalta definición en el estándar DCI (4096 x 2160).

Objetivos

Canon EF 35mm f/1.4L II USM

Un objetivo gran angular de categoría profesional con una perspectiva natural, una abertura f/1,4 y capacidades para fotografiar con poca luz. «Creo que [este objetivo] dice bastante sobre lo cerca que quiero estar sin que haya distorsión», dice Susan.

Canon EF 24-105mm f/4L IS II USM

Este objetivo zoom estándar va un paso más allá, tanto al hacer fotografías como al grabar vídeo. Este objetivo es ideal para capturar una calidad de imagen excepcional con un zoom de alcance ampliado sin necesidad de cargar con un pesado equipo. «He descubierto que es genial para pasar desapercibida», afirma Susan.

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