Los tiernos retratos de padres realizados por Christian Anderl con la EOS R de Canon

Si eres padre, ya seas primerizo o tengas experiencia de sobra, estarás de acuerdo con el fotógrafo de retratos austríaco Christian Anderl en las primeras palabras que le vienen a la mente al hablar de la paternidad: «noches sin dormir» y «cansancio». Tras una difícil etapa como padre, el exembajador de Canon ha creado una serie de retratos con la EOS R de Canon que documentan las intensas emociones vividas cuando tu vida gira en torno a criar a un hijo.

«Ya llevo cinco años siendo padre y he vivido muchos altibajos», asegura Christian. «Hace unos dos años, me hicieron una entrevista para una clase prenatal en la que preparaban a madres y padres primerizos para lo que les esperaba. Hicieron entrevistas a varios padres y nos preguntaron cómo fue el embarazo y si teníamos algún consejo para los primerizos».

«Entonces descubrí que me emocionaba mucho recordar todo aquello. Me emocionaba porque me hacía ver lo rápido que pasa todo: tu pareja se queda embarazada y de pronto hay un bebé, luego no duermes y te adaptas a tu nuevo papel en la vida. Todos los días hay un nuevo reto. Me gustó echar la vista atrás y hablar abiertamente de mis pensamientos y mis sentimientos durante esa etapa tan agotadora».

Además, Christian tuvo la gran idea de imprimir unas sencillas tarjetas de contacto con el nombre de dominio de su sitio web y ofrecérselas a los padres que veía en sus viajes por Viena.

Un estudio sencillo

«Dediqué mucho tiempo a pensar en cómo hacer los retratos», cuenta Christian. «Mi idea inicial era un retrato ambiental en el que se viera al padre en su entorno doméstico o laboral, quizás de traje en una oficina. Pero al final decidí hacerlo en un estudio porque quería que los retratos fuesen uniformes, con una luz muy sencilla y un fondo gris oscuro pintado a mano. Así podría centrarme en las personas, en su lenguaje corporal y en las expresiones del rostro».

Un componente clave de la fotografía de retrato es la reproducción del color, por lo que la iluminación y la configuración de la cámara de Christian debían producir unos tonos de piel realistas, acordes con el espíritu de autenticidad y naturalidad del proyecto.

Un enfoque renovado

En este proyecto, Christian utilizó la EOS R mirrorless de fotograma completo de Canon, la primera cámara de la gama del sistema EOS R, y la versión con prestaciones profesionales de la Canon EOS RP. «Sinceramente, la EOS R resultó ser perfecta para este proyecto», asegura. «Estaba un poco nervioso por utilizar una cámara nueva, especialmente un modelo mirrorless, porque estoy más acostumbrado a utilizar réflex como la EOS-1D X Mark II de Canon. Pero cuando saqué la EOS R de la caja, sentí que encajaba perfectamente en mis manos. Tengo las manos bastante grandes y suelo preferir cámaras más voluminosas, pero la EOS R era perfecta».

«Sigue siendo una Canon, pero con un toque moderno y novedoso. Además, puedo usar la empuñadura y hacerla más grande para adaptarla a mis manos. También me gusta el hecho de que se pueden utilizar las mismas baterías que usaba con la EOS 5D Mark IV».

La experiencia de Christian también fue fantástica por otros motivos. En primer lugar, utilizó el modo silencioso de la EOS R. Así, no interrumpía al entrevistado con los clics del obturador. En segundo lugar, la sensibilidad y las capacidades del sensor de fotograma completo de la EOS R en condiciones de poca luz permitieron que Christian utilizara una iluminación LED en lugar de las luces estroboscópicas que usa normalmente. Por último, podía colocar la cámara en un trípode y utilizar la pantalla táctil de ángulo variable para realizar la composición y el enfoque.

«Eso fue muy importante para mí, porque podía continuar con la conversación sin romper constantemente el contacto visual por tener que mirar por el visor», explica. «El resultado de todo esto fue que el padre acababa olvidando que había una cámara».

Uso de la EOS R

Para Christian, acostumbrado a utilizar el enfoque manual, el enfoque automático se salía de su zona de confort. Sin embargo, el enfoque intuitivo de la EOS R de Canon resultó ser toda una revelación. «Descubrí que podía confiar en el enfoque táctil y que funcionaba perfectamente», explica. «Y cuando me hice a la idea de la calidad de ese enfoque, alguien me sugirió utilizar la detección de caras y me quedé sin palabras. En todas y cada una de las fotos, los rostros salían perfectamente nítidos. Además de la detección de caras, podía usar la función de detección de ojos; en cualquier retrato, la nitidez de los ojos es crucial. Era muy rápida y precisa, incluso con luz tenue. Lo mejor era que si el sujeto se tapaba la cara con las manos, la cámara seguía registrando exactamente la zona que debía enfocar».

Desde la sesión de Christian, varias actualizaciones de firmware han ampliado el AF con detección de ojos para añadir compatibilidad con Servo AF.

Como muchos fotógrafos de retrato, Christian suele preferir los objetivos prime a los zoom. «Cuando me dieron la opción de utilizar el objetivo Canon RF 28-70mm F2L USM, tenía mis dudas», comenta. «Pensé que solo lo utilizaría de vez en cuando, alternándolo con mis objetivos prime de siempre». «Entonces lo probé y me dejó estupefacto».

«Es muy nítido en todo el rango focal, incluso con abertura f/2. La profundidad de campo tiene prácticamente la misma calidad que si utilizaras una cámara de formato medio. Además, si disparas a 28 mm puedes acercarte más al sujeto, lo que le da un aspecto mucho más íntimo a la imagen final».

A Christian le encantaron los resultados de la EOS R de Canon. «Los archivos RAW fueron muy fáciles de pulir», cuenta. «Los colores y los tonos de piel se veían muy naturales. Esa precisión del color es muy difícil de lograr en cualquier tipo de fotografía, pero aquí quedaba preciosa».

Por ahora, Christian ha realizado todas las imágenes del proyecto Fatherhood en Viena, Austria. Sin embargo, su enorme comunidad en línea cuenta con personas no solo de Austria, sino también de Alemania y Suiza. Por eso, Christian se está planteando continuar el proyecto más allá de Austria.

«En esos países hay personas que tienen muchas ganas de participar en el proyecto Fatherhood, pero están demasiado lejos. He pensado que podría alquilar algunos estudios por allí. Creo que Fatherhood es un proyecto con un crecimiento imparable. Puedo hacer mucho más con él. ¡Queda mucho por hacer!».

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