Cualquier profesor con el que hables podrá recordar un momento especial que se haya producido en su clase. Por ejemplo, cuando un alumno con dificultades brilla con luz propia o los estudiantes muestran más confianza. También podrían recordar el orgullo que sintieron cuando el esfuerzo de un estudiante tuvo la recompensa deseada. Nuestros formadores certificados de Canon en el programa Miraisha no son diferentes en este aspecto aunque, para muchos de ellos, la enseñanza es solo una parte de sus carreras profesionales.
Como ves, se necesita a un tipo determinado de persona para ser formador certificado de Canon en el programa Miraisha. No solo es necesario contar con experiencia en el mundo de la fotografía o la grabación profesional, sino que también hay que ser capaz de ver el panorama más amplio del sector creativo de África. Cada persona que se inscribe en nuestro riguroso programa de formación lo hace sabiendo que, al enseñar las habilidades necesarias para desarrollar una carrera, vuelve a poner la narrativa local en manos de los jóvenes africanos. Se unen a nosotros sabiendo que es una responsabilidad que va más allá del aula: las imágenes y películas de las personas a las que enseñan pueden viajar y viajan a otros países.
Por eso, a las personas que aprovechan la oportunidad de convertirse en formador de Miraisha les apasiona tanto dar voz a nuevas personas como llevar a cabo su trabajo creativo. Es simplemente una forma adicional de vivir y de dar vida con una cámara. Veamos, por ejemplo, el caso de Austen Udoh. Al principio, en su comunidad local, era la persona de referencia para todo lo relacionado con la fotografía, siempre acompañado de su fiel Canon EOS 7D, que utilizaba para enseñar a sus amigos y compañeros. Más adelante, pasó a convertirse en responsable del equipo técnico de un estudio de fotografía profesional en Lagos (Nigeria), donde llevó su experiencia al siguiente nivel. Aquí es donde conoció al equipo de Canon y donde, con el apoyo de su jefe, decidió convertirse en formador certificado de Canon. «Para mí, fue un sueño hecho realidad», afirma.
El programa de formación no es coser y cantar, incluso para alguien con tanta experiencia como Austen. Es una combinación de aprendizaje en el aula, orientación individual y formación presencial que puede llevar hasta un año completar. Cada futuro instructor debe demostrar habilidades de presentación expertas y, al mismo tiempo, estar en sintonía con las necesidades de aprendizaje y las experiencias de sus estudiantes. Deben ser capaces de planificar y estructurar las lecciones y ser comunicadores excepcionales, al tiempo que utilizan los principios del aprendizaje activo para permitir a los estudiantes resolver problemas, colaborar y explorar de forma independiente.
La clave del éxito de Miraisha es que no se centra únicamente en la enseñanza de habilidades técnicas. Conecta a los estudiantes con su voz visual y ofrece un espacio seguro para explorar temas que sean significativos y, a veces, muy personales. Por lo tanto, en este sentido, cada formador certificado de Canon debe contar también con gran sensibilidad para poder orientar a sus estudiantes cuando exploren temas que puedan resultar más complejos. «Para mí, la parte más interesante es conocer los motivos de los alumnos para obtener la certificación», comenta Austen. Comprender la motivación de los alumnos es fundamental para nuestros formadores. Es la base de cualquier retoque y ajuste que hagan para garantizar que se satisfagan las necesidades de los estudiantes. Aunque Miraisha es un programa con estructura, también ofrece libertad.
El concepto de «devolver el favor» está muy presente en el programa Miraisha. En 2018, un joven de la comunidad de Ilaje Bariga llamado Tore Oraise era estudiante en la clase de Austen. Estaba asombrado con su nuevo maestro, porque le mostró amabilidad, paciencia y una nueva forma de aprender. Por eso, Tore tomó la decisión de que, dondequiera que estuviese Miraisha, él también estaría allí. «Cuando algo me gusta mucho, lo doy todo», afirma. En la actualidad, se ha convertido en un fotógrafo autónomo de éxito, en un formador certificado de Canon (que imparte sesiones en los programas Miraisha y Canon Academy) y un modelo a seguir en su comunidad. «En Canon, nunca me vieron como un chico de un barrio pobre», indica. «Me gustaría tomar esa sensación y llevarla todas partes».
Tore no es el único que ha seguido este camino. Para Watsemba Miriam, el momento en el que el formador certificado de Canon John Wambugu puso una cámara en sus manos fue «amor a primera vista». En sus propias palabras: «mi fotografía, mi carrera y mi vida cambiaron por completo». Durante el tiempo que estuvo en Miraisha, Miriam también pudo aprender de Georgina Goodwin y la fallecida Sumy Sadurni. «Georgina me mostró cómo convertirme en narradora de documentales y Sumy fue mi inspiración: me ayudó a usar la cámara como una profesional y, gracias a ella, decidí convertirme en una formadora certificada de Canon», afirma. «En Miraisha he conocido a un montón de gente maravillosa». En la actualidad, enseña e inspira a otros a través del programa Miraisha y está especialmente encantada de ayudar a mujeres y niñas en su camino hacia carreras creativas en su hogar de Uganda y más allá.
Cuando estás acostumbrado a estar detrás de la cámara, necesitas valor y compromiso para ponerte al frente de una clase, pero todos aquellos que lo han hecho no se han arrepentido nunca, ya que ver el resultado de su trabajo es muy gratificante. Ver cómo crece la confianza de sus estudiantes con cada nueva y emocionante tarea, y ser testigo de cómo aumentan sus habilidades, su sofisticación y su madurez es una emoción que comparten todos y cada uno de nuestros 21 formadores certificados de Canon. «Siento que estoy conservando la fotografía y entregándola a la próxima generación», sonríe Austen. «Me da una gran satisfacción».
Más información sobre el programa Miraisha de Canon.
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