Una carrera profesional en la capital de Europa: Annalisa Monaco nos habla sobre la política, las personas y las posibilidades

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Señal en un cruce de Bruselas, en el centro del Barrio Europeo, con flechas que dirigen al Parlamento Europeo, a la Place du Luxembourg, a la Place Robert Schuman, al Parlamentarium y a otras direcciones

Cuando Annalisa Monaco llegó a Bruselas en 2001 para hacer unas prácticas, solo pensaba quedarse en la ciudad unos meses. Acababa de terminar su máster en Relaciones Internacionales en la prestigiosa Universidad de Cambridge en el Reino Unido (tras haberse graduado en Ciencias Políticas en su ciudad natal de Bolonia, Italia) y estaba deseando pasar algún tiempo en una de las ciudades más internacionales. Pero, la vida a menudo nos lleva por caminos inesperados: 24 años después, Bruselas sigue siendo su hogar y el lugar perfecto para su carrera en Asuntos gubernamentales con Canon.

Es un cargo que invoca imágenes de los entresijos del poder, la diplomacia y el cristal y el acero del edificio de la Comisión Europea. Y el papel de Annalisa es, sin duda, el de una persona influyente, que usa sus habilidades de persuasión y sus profundos conocimientos de análisis político para llevar nuestra voz a la mesa. «Yo diría que es como ser traductora», explica. «No entre dos idiomas, sino entre las prioridades empresariales de Canon y el trabajo de los encargados de las políticas de la UE. Así que, por así decirlo, les traduzco nuestra posición y luego les traslado sus puntos de vista a las partes interesadas de mi empresa».

Básicamente, la Unión Europea decide qué leyes promulgar, qué normativas establecer y qué políticas comerciales implementar, y mucho más. Cada decisión conforma el entorno en el que operan todas las empresas, por lo que es importante que puedan tener voz en el proceso. Estar sobre el terreno en Bruselas significa que Annalisa puede comunicarse con las personas y organizaciones adecuadas para comprender cómo podrían afectar estas decisiones a Canon. Por su parte, ella nos ayuda a presentarles nuestros puntos de vista.

Me impresionó mucho conocer la filosofía Kyosei y lo bien que se refleja en el enfoque de la empresa hacia la sostenibilidad».

Se trata de un papel que requiere muchos conocimientos y una gran habilidad, pero también necesita de una periodista que tenga vista para los detalles, para la investigación, que pueda juntar todas las piezas y que, además, sea capaz de desenvolverse en las relaciones estratégicas con facilidad. Por lo tanto, no es de extrañar que se curtiera en distintas ONG (Organizaciones No Gubernamentales), trabajando como investigadora y analista en el sector de la seguridad y la defensa. «Siempre he tenido un gran interés por la política y los asuntos exteriores», afirma. «Cuando estaba en secundaria y en la universidad, al principio me interesaban los medios de comunicación y el periodismo. Y aunque mi primer trabajo en Bruselas no era exactamente eso, requería investigar y escribir mucho».

La llevó a desempeñar un cargo de comunicación en el sector público, en la OTAN, antes de entrar en el sector privado, comenzando con una década en la compañía Boeing. Ascendió a directora de Relaciones con la UE y la OTAN, antes de «buscar nuevos desafíos y oportunidades de crecimiento». Justo en ese mismo momento, Canon estaba buscando a alguien con las habilidades y la experiencia de Annalisa. «Por supuesto, fue un completo cambio. Fue pasar a un sector totalmente diferente y de una empresa estadounidense a una japonesa». Pero no se amilanó. Además de disfrutar del reto, Annalisa es una ciudadana del mundo y se sintió entusiasmada por estos nuevos horizontes. «Quería salir de mi zona de confort. Y, por supuesto, me atrajo la marca Canon», sonríe. «Me impresionó mucho conocer la filosofía kyosei [la filosofía corporativa de Canon de «vivir y trabajar juntos por el bien común»] y lo bien que se refleja en el enfoque de la empresa hacia la sostenibilidad».

Larga exposición de un paisaje urbano al anochecer con estelas de luces rojas y azules de los coches.

Y así, Bruselas siguió y sigue siendo el hogar de Annalisa, pero ella se entrega al máximo a su pasión por viajar tanto como le es posible. Aunque a veces se solape con su carrera profesional. El año pasado fue a Tokio por primera vez, y repetirá el viaje este año, añadiendo Hiroshima y Kyushu a su itinerario. «Viajar es mi mayor pasión, e intento hacerlo todo el tiempo que puedo», añade. “No es solo una manera de abrir mi mente y de ver el mundo de manera diferente, sino también una forma de volver a conectar conmigo misma. Estoy deseando volver a ver a mis compañeros japoneses de Canon Inc. este año y descubrir aún más de este fascinante país».

Entre los viajes de regreso a Bolonia, las visitas a la familia y amigos («y la comida: disfrutamos de una buena comida, una buena conversación y de pasar tiempo en familia»), viajar continuamente y trabajar en una ciudad llena de actividad, es posible que no esperes que a Annalisa le quede tiempo, o energía, para hacer mucho más. Pero, si es así, te equivocas. «Otra de mis grandes pasiones, además de viajar, es bailar tango», añade, y se le ilumina el rostro con la idea. «Hay tantos lugares para bailar aquí que me parece maravilloso. Bruselas me permite hacer muchas cosas: voy a nadar, a hacer yoga y a festivales de cine. Es una ciudad estupenda».

Está claro que sus nuevas raíces han arraigado profundamente, pero también es una base desde la cual la red de Annalisa ha podido crecer globalmente. En este centro de asuntos de la UE, puede mantenerse al tanto de los últimos avances en los ámbitos de las políticas digitales, la ciberseguridad y la protección del consumidor. Es el lugar perfecto desde el que hablar con compañeros de toda Europa, Oriente Medio y África, pero también por los fuertes vínculos que ha forjado con Japón y las sólidas relaciones con las asociaciones comerciales. Forma parte de una serie de grupos de trabajo y comités con DIGITALEUROPE, que representa a más de 45 000 empresas de tecnología digital, y el Japan Business Council in Europe, que representa la posición de Canon y ayuda a dar forma a sus futuras políticas. «Se trata de confianza y de crear relaciones. De cuidar y ampliar mi red, tanto con mis compañeros de Canon como fuera de la empresa», explica. «Cuando trabajamos juntos como sector, tenemos una voz más fuerte».

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