Valores compartidos en Suecia: cómo Camilla Overödder se ha adaptado perfectamente a Canon

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Camilla Overödder de pie en una oficina con los brazos cruzados. Tiene media melena rubia y lleva una americana azul marino y un top de color pálido.

Camilla Overödder es una líder segura de sí misma, motivada y, lo que es más importante, proactiva. En su carrera profesional hasta la fecha ha ocupado un puesto difícil tras otro, y tuvo incluso que trasladar a su joven familia a Dubái durante varios años. Cuando volvieron a Suecia, era el principio de la pandemia de COVID-19, un momento de grandes cambios para todos, pero ella lo sintió crudamente. «Era un nuevo puesto y tenía que trabajar desde casa… todo era distinto». Era momento de un cambio.

Cuando llevaba un año trabajando como Service Director de Digital Printing & Solutions en Canon Suecia, Camilla reconoce abiertamente que aún estaba aprendiendo, lo que es comprensible. Sin embargo, incorporarse a un nuevo puesto, en un sector muy diferente, no le supuso la mínima molestia. «Al llegar aquí, sabía que podía aportar mucha experiencia, incluso aunque era una nueva empresa con nuevas soluciones, nuevas formas de trabajar e incluso un nuevo modelo de comercialización», comenta. Con 27 años de experiencia en comercio internacional, no cabe duda de que Camilla sabe un par de cosas sobre inspirar a la gente o promover sus puntos fuertes. A pesar de que tiene que gestionar un equipo de más de 80 personas, cree que el buen liderazgo comienza por fomentar las conexiones.

«Intento de verdad conocer bien a cada equipo y lo que están haciendo», explica. «Conocer sus desafíos para poder ayudarlos tanto como pueda». Por ejemplo, al comenzar en su nuevo puesto, se reunió con los técnicos de servicio sobre el terreno para saber cómo era un día habitual para ellos. Esto, claro está, tiene el beneficio añadido de estar en estrecho contacto con nuestros clientes, que es algo que también estaba deseando hacer rápidamente.

Trabajo de forma muy transparente y colaborativa, pero diría que mi punto fuerte es que soy buena capacitando a la gente».

Sus días son una combinación de estrategia y comunicaciones, todo lo necesario para liderar, guiar y ayudar eficazmente a su equipo para que alcancen los objetivos de su unidad de negocio. «Trabajo de forma muy transparente y colaborativa, pero diría que mi punto fuerte es que soy buena capacitando a la gente», explica Camilla. «Todos saben lo que espero que hagan y siempre estoy disponible si hay problemas». Estas valiosas relaciones garantizan que todos sepan lo que es necesario y hacía dónde deben ir, desde el punto de vista estratégico, durante los próximos meses y años.

Como madre de dos adolescentes, también está muy al tanto de cómo son las trayectorias profesionales en la actualidad y admira profundamente su motivación y capacidad. Para Camilla, crecer en Suecia supuso poder contar con una importante flexibilidad y poder dedicar tiempo a plantearse su futuro. Entre la educación secundaria y la universidad, estuvo trabajando y viajando, con lo que disfrutó de un espacio que, cuando se produzco el boom de las telecomunicaciones, le permitió estar en el lugar adecuado y en el momento oportuno. Por supuesto, la casualidad por sí sola no puede crear una carrera profesional exitosa y Camilla ganó experiencia estando totalmente abierta a las nuevas oportunidades y experiencias, dando el 100 % en todos los retos y, básicamente, disfrutando de verdad de su trabajo.

Y ese es un modelo a seguir que está enseñando a sus hijas: la importancia de una carrera profesional que les resulte interesante y suponga un reto para ellas. Cuando tenían 15 y 17 años, pasaron gran parte de su juventud en Dubái, donde asistieron a una escuela internacional, por lo que ahora tienen amigos por todo el mundo. Mientras estaban allí, se dieron cuenta de todo el entusiasmo y las horas que ponía Camilla en su trabajo, pero igualmente recuerdan con cariño el tiempo que pasaron allí y están agradecidas por la oportunidad que supuso. «Estoy muy, muy impresionada con cómo lo están llevando», dice Camilla. «Y la competencia es más dura que en mi época, sin duda».

Camilla, su marido y una de sus hijas de pie sonriendo en el barco atracado de la familia. Hay un edificio similar a una iglesia y muchos árboles al fondo.

Durante los fines de semana, la motivación y los enormes niveles de energía de Camilla la hacen dejar tierra firme y pasar tiempo en el barco familiar, donde, junto con su marido y sus hijas, pasan momentos divertidos en familia. «A pesar de que las niñas ya son más mayores e independientes, quieren de verdad pasar tiempo con nosotros en el barco», dice riendo. «Nos gusta hacer cosas en familia». También van con frecuencia al teatro, a esquiar, a patinar y a viajar. «Tengo la suerte de estar casada con un marido muy activo».

No obstante, admite que trabaja duro («Probablemente me llevaría el trabajo allá donde fuera, si tuviera que hacerlo».) y a menudo trabaja fuera del horario habitual. Sin embargo, es algo que tiene menos que ver con la necesidad que con la inspiración. «Si tengo una idea y tengo tiempo, me siento por la noche después de cenar y trabajo hasta las doce», reconoce. «Pero, probablemente, ahora tenga más esquemas que aprender».

De hecho, Camilla ha descubierto que hay mucho que aprender de la cultura de Canon, especialmente del «espíritu San-Ji», o de las tres autonomías: automotivación, autogestión y autoconocimiento. Estos principios encajan a la perfección con su propia filosofía del trabajo. «Es único y muy potente», afirma. «Junto con Kyosei, muestra que Canon es una empresa humilde que se preocupa por las personas, que es algo que valoro mucho». No es casual que, después de una larga trayectoria profesional en otros lugares, cuando Camilla decidió unirse a una nueva organización eligiera una que reflejaba completamente sus propios valores.

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