Es revelador que, desde muy joven, Jennifer Kolloczek tuviese muchas ganas de salir al mundo y ponerse a trabajar. Tanto que hasta su madre tuvo que convencerla para que terminara el último año de instituto. Pero, llegado el momento, no tardó en buscar maneras de aprender y trabajar al mismo tiempo. Quería lo que ella describe como «una aplicación práctica del conocimiento».
En un mundo que a veces puede resultar tremendamente impreciso, Jennifer es todo claridad, justo el tipo de persona que querrías tener en tu equipo. Por suerte, es nuestra European Planning, Marketing & Innovation Senior Director de Production Print, con más de dos décadas de conocimientos muy especializados y aplicaciones prácticas a sus espaldas, obtenidos gracias a sus estudios de marketing internacional mientras trabajaba en Océ, ahora llamada Canon Production Printing (CPP), y más tarde en el mundo Canon en general.
Y aunque pueda parecer inusual que alguien que se describe a sí mismo como una persona que aprende a lo largo de toda la vida haya trabajado para la misma empresa durante tanto tiempo, la envergadura de nuestro negocio le ha permitido explorar una nueva oportunidad tras otra. «Cada pocos años se abría otra puerta», explica. «He aprendido que en empresas internacionales como Océ y, en una escala aún mayor, Canon, tienes muchas oportunidades para desarrollarte». Para Jennifer, esto supuso poder ponerse a prueba en varios puestos con Océ en Europa antes de continuar trabajando con Canon en EE. UU. durante varios años para después volver a CPP en los Países Bajos en 2021.
Jennifer es una figura muy reconocible en el sector de la impresión, pero hoy en día lo es más por su distinguida carrera que por su género. De hecho, el número de mujeres en el campo de la impresión es algo que ella considera secundario en comparación con un problema más importante para el sector: la contratación. «Creo que todos reconocemos que el gran problema es la verdadera escasez de talento joven», dice. Para ella, el futuro del sector depende de que haya una diversidad lo más amplia posible, no solo en cuanto a género, etnia e identidad, sino también en cuanto a competencias y enfoques, con el fin de contar con una plantilla sólida, versátil y capaz durante a largo plazo.
Cuando se le pregunta sobre cómo convencería a las siguientes generaciones para que entraran en el sector de la impresión, a Jennifer se le ilumina la cara. Es evidente que ha reflexionado mucho sobre este tema, y su amor por este sector silenciosamente poderoso se palpa en su respuesta. «Cierra los ojos y piensa en cómo sería el mundo sin copias impresas», dice. «Estás en un aeropuerto. ¿Cómo sabes a dónde vas? ¿Eso que compras es una pasta de dientes? ¿O es otra cosa? Recuerda esa última vez que recibiste un paquete y la alegría que te dio ver el paquete en su embalaje después de abrir la aburrida caja marrón. «La impresión es la conexión entre las personas y las empresas. Puede que vivamos en un mundo cada vez más digital, pero en el mundo offline todo empieza o acaba con un producto impreso».
También subraya que una cosa es lo que la gente cree que es el sector y otra lo que realmente es. «Es un sector altamente tecnológico: todo se basa en software y se utiliza el análisis de datos. Aunque también es un sector de comunicaciones y un espacio de marketing lleno de excelente diseño y creatividad». En su día a día, Jennifer se centra, sin embargo, en la conexión. La que se da entre Canon y nuestros clientes. Porque, como dice, «no es solo que estemos vendiendo algo y que alguien lo esté comprando. Se trata más bien de un enfoque de colaboración con nuestros clientes en la impresión de producción». Eso significa que, cuando ella y su equipo comercializan un producto, tratan de entender exactamente lo que nuestros clientes valoran y los problemas que intentan resolver, y asegurarse de que hay (y de nuevo aparece esa palabra) claridad en lo que les contamos.
Esta estrategia colaborativa se extiende en gran medida a la forma en que trabaja con su equipo, así como con el sector en general. «Soy la del medio del sándwich, la mediana de tres hijos», sonríe. «Y creo que es algo que sigo anhelando. Porque trabajar juntos, como un equipo, nos hace mejores a todos. Existe el dicho de que si quieres ir rápido, debes ir solo, y si quieres llegar lejos, debes recorrer el camino con otros».
«La impresión es la conexión entre las personas y las empresas. Puede que vivamos en un mundo cada vez más digital, pero en el mundo offline todo empieza o acaba con un producto impreso».
De hecho, esta filosofía ha llevado de forma natural a Jennifer hasta Girls Who Print (GWP), la mayor red de mujeres del mundo en el sector de la impresión y la comunicación gráfica. Fundada hace quince años por un baluarte del sector, Deborah Corn, actualmente cuenta con más de 11.000 miembros. En nuestro stand en la reciente feria drupa, Girls Who Print acogió un encuentro con más de 75 mujeres. «Me encartó ver que hay tantas mujeres en el sector, incluidas chicas jóvenes, que sienten pasión por la impresión», comenta Jennifer. «Y después de haber participado activamente en la red durante algunos años, me alegra muchísimo unirme al Consejo de asesoramiento de Girls Who Print para Europa».
Al igual que existen muchas trayectorias profesionales en el mundo de la impresión, GWP ofrece una serie de formas de apoyar y conectar a las mujeres, y hace un llamamiento a las empresas de impresión para que defiendan y celebren las contribuciones de las mujeres en el sector. El Girls Who Print Day es posiblemente su iniciativa más conocida y un evento online anual, pero detrás hay toda una red de mentores y discípulos, foros, un pódcast, encuentros e incluso un premio anual. Jennifer espera apoyar la expansión de GWP en Europa y crear «un espacio seguro para que las mujeres profesionales de nuestro sector aprendan unas de otras».
Porque a Jennifer le encanta su trabajo, la impresión y el cada vez más destacado papel como embajadora que desempeña en el sector, hasta el punto de que no le parece trabajo. «Me gusta mucho mi trabajo, y a mí trabajar mucho no me parece negativo». Aunque añade: «Recientemente, sin embargo, por primera vez en 15 años, me tomé tres semanas de vacaciones». ¿Llegó a desconectar del todo? «Hice algo de deporte y también encontré un curso de dibujo online que me inspiró, así que cogí los rotuladores y me llevé un poco de creatividad a la playa». Siempre en constante aprendizaje, siempre buscando formas de inspirarse y, por el camino, inspirando a muchos otros.
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