«Estoy acostumbrado a capturar fotos de acción, así que decidí plasmar dicha acción en un cuadro», explica. «Lo más interesante de la fotografía de deportes es que no puedes anticiparte a la imagen perfecta. Debes ser capaz de reaccionar al instante. Asimismo, aunque tengas claro qué vas a pintar o cómo será la composición, siempre existe algo de incertidumbre, sobre todo al esparcir la pintura».
Antes de presentar su idea ante un público en directo, Robert decidió probar la técnica en casa. «Cubrí casi todo el salón con plásticos y usé latas de sopa como monopiés para la barrera de luz, un pequeño homenaje a Andy Warhol», comenta. Robert diluyó la pintura acrílica para que tuviera la misma consistencia que la leche al esparcirse y formara grandes trazas y gotas.
«En primer lugar pienso dónde voy a esparcir la pintura. Coloco la barrera de luz justo ahí y lanzo la pintura en esa dirección. La barrera de luz está conectada a la cámara y, cuando la pintura la atraviesa, la cámara y el flash se activan al mismo tiempo. Me alegro de haberlo probado en casa primero. Tuve que hacerlo unas 10 veces hasta que logré configurar y colocar correctamente la cámara y la barrera de luz. Hubo mucho ensayo y error».