Canon EOS 5D Mark IV
Esta réflex de fotograma completo de 30,4 MP captura con un increíble nivel de detalle, incluso en situaciones de contraste extremo. Además, el disparo en serie de 7 fps te ayuda a capturar el momento perfecto.
ARTÍCULO
Lyndsey Goddard se describe como una fotógrafa documental de bodas. Puede que no suene muy diferente de ser simplemente fotógrafa de bodas, pero su enfoque es fresco y espontáneo.
Las imágenes íntimas y espontáneas de esta fotógrafa residente en Londres parecen obra de un observador invisible y están totalmente en armonía con la atmósfera de este día especial. «Procuro integrarme en la boda y contarla con sinceridad», explica Lyndsey; «no solo capturando los grandes momentos, sino también todos los momentos pequeños que hay en medio».
Lyndsey comenzó a trabajar en la fotografía para bodas en 2003, cuando un amigo de su familia le dio luz verde para cubrir el gran día. Hizo fotografías analógicas, realizó un procesamiento cruzado de las impresiones [un tipo de procesamiento deliberado de una película fotográfica en una solución química destinada a un tipo diferente de película] y, aunque los fuertes colores del azul del cielo y el verde y amarillo de los vestidos no eran muy buenos, le sirvieron de inspiración para documentar bodas de formas creativas y únicas.
Aquí, Lyndsey revela ocho consejos para realizar fotografías documentales de bodas de forma innovadora.
1. Conócete a ti mismo
«Al principio de mi carrera, aunque tenía bastante claro qué tipo de fotógrafa de bodas quería ser (una que cuenta la historia del día sin alterar la celebración ni influenciar en ella), no buscaba clientes que quisieran ese estilo de fotografía. A veces, una boda resultaba incómoda porque yo no era la fotógrafa adecuada para ellos y ellos no eran los clientes adecuados para mí. Me contrataban, quizá porque ponía precios bajos, y luego me enviaban imágenes que habían encontrado en Internet y me decían ‘haz fotos como esta’. Ahora transmito mejor mi estilo y lo que las parejas pueden esperar de mí. Así no se acercan clientes que quieren que sea alguien diferente».
2. Interpreta la situación y acepta siempre el té
«A menudo, no conozco a la pareja hasta el mismo día de la boda. Llego por la mañana, saludo a todos los presentes, saco la bolsa de la cámara y siempre acepto la inevitable taza de té. Pienso que así, la gente de la habitación (las damas de honor, la novia, a veces los padres) se acostumbran a mi presencia. Cuando termino el té, empiezo a hacer fotos. Tengo muy claro que en ese momento soy ‘la fotógrafa’, así que tengo cuidado de no mostrarme muy controladora ni acercarme demasiado todavía. Creo que ser mujer ayuda, porque a veces entras en una habitación llena de chicas y que entre una más no altera el ambiente».
«Cuando la novia se está preparando, intuyo si es tímida o tiene confianza suficiente para vestirse delante de mí. Si me encuentro en un gran espacio abierto con buena iluminación natural, intento hacer una silueta de la novia poniéndose el vestido o utilizo mucho espacio negativo, como por ejemplo el de una pared blanca. Si la habitación está desordenada o simplemente es horrible, intento aprovechar la luz y hago fotos de una cinta sobre un hombro desnudo, por ejemplo. O bien me centro en un momento concreto, como la novia poniendo el primer pie en el vestido».
3. Escóndete a plena vista
«Puede que esto sea justo lo contrario de lo que estás pensando. En mi opinión, no se trata de quedarse a cierta distancia y disparar con un objetivo de 85 mm o mayor, sino estar muy cerca de las personas a las que haces la foto. Si te ocultas y te muestras de manera intermitente, te verán, y la gente comenzará a sentirse consciente de sí misma, como si quisieras pillarlos. Mientras la gente disfruta de las bebidas previas al banquete, me mezclo con los grupos de personas, escucho sus chistes y levanto la cámara justo antes de que empiecen a reír. También paso una buena parte del día hablando con la gente. Eso ayuda a romper barreras y a que acepten tu presencia mucho más. Casi siempre me preguntan de qué conozco a la pareja, porque asumen que soy una amiga en vez de la fotógrafa profesional. Eso es genial, porque significa que no soy una intrusa».
4. Sé espontáneo
«Algunas de mis fotografías favoritas tuvieron lugar en los momentos menos esperados. Muchas de las típicas fotos de boda tienen mucha influencia del fotógrafo, que ha guiado al sujeto y le ha dicho cómo ponerse y qué hacer y ha disparado varias veces para hacer la foto perfecta. Lo que probablemente fue una imagen única para un fotógrafo cuando la hizo por primera vez se convierte entonces en su talón de Aquiles, porque las siguientes novias empezarán a pedirle la misma fotografía una y otra vez. Pero si siempre le das prioridad a la interacción humana en todas tus fotos, será difícil que te repitas o que formes clichés, porque nunca sabes qué va a hacer cada persona».
5. Espera por los pequeños momentos
«Primero me aseguro la imagen importante, la del gran momento, y después sigo haciendo fotos para buscar un ángulo diferente o captar los momentos posteriores. Un ejemplo es la fotografía que le hice a la niña que miraba el ramo de la novia (arriba). La tomé mientras firmaban el registro, después de haber hecho la fotografía importante desde el otro lado de la mesa. Después de asegurarme la foto importante, me paseé por la mesa para centrarme en los padres y en las damas de honor y entonces hice esta foto».
6. Planifica con antelación las fotografías clave
«En todos mis encargos, siempre quedo con las parejas para hablar por teléfono una semana antes de la boda y comentar detalles más concretos, como las fotos en grupo. Es importante hacer estas fotos nada más terminar la ceremonia. Si comienza el banquete y no se han hecho las fotos en grupo, es difícil centrar toda tu atención en las imágenes documentales porque estás pendiente del reloj. Si va a comenzar la cena y no has hecho las fotos en grupo, tienes un problema. Yo busco una zona de sombra abierta, preferiblemente con un fondo oscuro y sencillo. Luego pongo al grupo a buena distancia del fondo, me coloco a buena distancia del grupo y disparo con un objetivo de 85 mm».
«A veces, esto no es posible. Por ejemplo, el recinto de Islington Town Hall, donde he hecho muchos encargos, tiene unos escalones en la entrada y parece el sitio lógico para hacer las fotos en grupo antes de pasar al banquete. Pero siempre está tan lleno de gente que si intentas hacer la foto con un objetivo de 85 mm, seguro que alguien se cuela entre tus sujetos y tú. Entonces hay que utilizar el gran angular. A mí no me gusta, pero es lo más apropiado para el trabajo en este caso».
7. Trabaja con la luz que haya disponible
«Esta fotografía la hice en febrero, cuando nos encontrábamos en el coche para ir a la boda. Había luz por todas partes; la mayoría del tiempo muy oscura, pero de vez en cuando había algunos rayos de sol. Aproveché que la luz del sol entraba por el lado del coche en el que estaba la novia y simplemente esperé al momento perfecto, cuando tenía la cara iluminada mientras miraba por la ventana. Así tenía la fotografía más controlada sin tener que cambiar continuamente los ajustes de la cámara en función de los cambios de luz, porque de esta manera acabaría perdiendo los mejores momentos por estar demasiado atenta a las cuestiones técnicas».
8. Utiliza una segunda cámara para no perder tiempo
«Suelo disparar con la cámara en manual en vez de utilizar la prioridad del obturador o de abertura. Por ejemplo, cuando una pareja sale de la iglesia, quizá los grabe bajando por el pasillo con el objetivo de 85 mm con la configuración adecuada: no menos de 1/160 segundos y una apertura no mayor que f/2,8, con el ajuste de ISO que necesite en función de la luz que haya. Mientras, tengo el objetivo de 24-70 mm en la otra cámara con la configuración preparada según la luz que haya visto que hay en el exterior. Elijo la velocidad de obturación y el número F y ya solo queda retocar el ajuste de ISO al salir si es necesario».
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