La entrada a la era del 4K
El personal de apoyo utilizó la tercera cámara, la EOS 5D Mark II de Canon, para grabar imágenes panorámicas en los Alpes. Gracias a la relativa coherencia entre los menús de las tres cámaras Canon y a que comparten muchas opciones, el paso de una cámara a otra fue bastante fluido.
«Ícaro» se grabó en 2K, con la EOS C300 de Canon y la EOS C300 Mark II de Canon utilizando C-Log para maximizar el rango dinámico, y el metraje resultante se transmitía a un monitor externo para facilitar el ajuste de la exposición. C-Log también está disponible en la EOS 5D Mark IV de Canon por medio de una actualización de firmware, gracias a lo cual el metraje de esta cámara se puede combinar fácilmente con el de las cámaras de cine EOS. Para mantener el ruido a raya, se utilizó un ISO base de 800 en todas las cámaras.
La capacidad de la EOS C300 Mark II de Canon para grabar a 60 fps en HDS resultó ideal para las grabaciones a cámara lenta de la acción ciclista. «En términos de calidad de imagen y ausencia de artefactos, la grabación a cámara lenta con la EOS C300 Mark II es infinitamente mejor. Se ha convertido en una herramienta de cámara lenta mucho más viable», dice Jake.
«La cámara tiene muchas cosas fantásticas, como la reproducción del color y la posibilidad de grabar a cámara lenta y en 4K, especialmente ahora que son tantas las plataformas que piden ese nivel de definición», explica. «La cámara continúa siendo muy asequible, y se puede instalar o sostener en la mano, lo que la convierte en un recurso fantástico. En gran parte de la grabación de un documental, cuanto menos se deje ver la cámara, más factible es utilizarla».
Gracias a la elección de las cámaras y los objetivos Canon, Jake y Bryan pudieron crear una película que, además de transmitir un mensaje enormemente potente, también tiene un aspecto magnífico. Llamó la atención del mundo, y el resto es historia.