Cuando uno piensa en el Vesubio, inmediatamente le viene a la cabeza la ciudad de Pompeya, y hay muchas buenas razones para ello, pero sobre todo por nuestro amor natural por las historias. Era, en pocas palabras, una ciudad congelada en el tiempo, preservada bajo metros de ceniza volcánica y piedra pómez cuando el volcán entró en erupción en el año 79 d.C. Y desde hace mucho tiempo nos ha fascinado su descubrimiento y la ventana tan visible que nos ofrece a una civilización antigua.
Pero Pompeya no fue la única víctima del Vesubio. Cerca había otra ciudad más pequeña: Herculano. A diferencia de Pompeya, que era una bulliciosa metrópolis, Herculano podría describirse como un refugio costero para familias romanas adineradas, repleto de casas de lujo. Y cuando el Vesubio se cobró sus víctimas, esta región no quedó ahogada en cenizas, como Pompeya, sino envuelta en oleadas de abrasador lodo volcánico y gas, que se precipitaron –imparables como una avalancha– por las laderas del volcán, en una horrible tormenta de fuego y piedra. El intenso calor mató a miles de personas y toda la ciudad quedó sumergida.
En los siglos posteriores, fue esta distinción entre ceniza y material piroclástico lo que hizo que Pompeya, no Herculano, cautivara la imaginación. Simplemente, la ceniza era más fácil de excavar, y el macabro descubrimiento de espacios huecos en la ceniza endurecida, con las posiciones finales de unos cuerpos descompuestos hacía mucho tiempo, humanizó la tragedia de una forma que ha perdurado durante generaciones.
Herculano era más difícil de excavar, pero lo que los arqueólogos y antropólogos descubrieron allí fue una población compleja y fascinante. Aristócratas, comerciantes y artesanos romanos, muchos de ellos con fuertes conexiones con Egipto, Grecia y Oriente Medio. Más recientemente, el proyecto de investigación «Exploring the Secrets of Herculaneum: A Journey into Ancient Faces» analizó doce cráneos de víctimas como parte de un proyecto para reconstruir la composición étnica de los habitantes de Herculano.
Los investigadores, del Departamento de Antropología de la Universidad Gabriele D'Annunzio de Chieti-Pescara (Italia), el Instituto Victoriano de Medicina Forense de la Universidad Monash de Melbourne (Australia) y el Laboratorio de Bioarqueología de la Universidad de Indianápolis (EE. UU.), están utilizando la solución Aquilion Lightning SP de Canon Medical para escanear los cráneos. Y, con ella, han podido «realizar reconstrucciones precisas en 3D de restos con 2000 años de antigüedad», explica Arianna Di Felice, estudiante de doctorado en arqueoantropología de la Universidad de Chieti-Pescara.
El proyecto comenzó en 2022, y estas TC son esenciales para explorar no solo el amplio tapiz étnico de Herculano, sino también para arrojar luz sobre sus vidas y la dinámica social más amplia del Mediterráneo antiguo. Los cráneos representan, además, una oportunidad única para reconstruir con precisión sus rasgos faciales, lo que requiere un análisis e interpretación meticulosos de los datos de la TC.
«Lo que hace especialmente fascinante el estudio de la población de Herculano es la oportunidad de explorar cómo la mezcla de culturas pudo influir no solo en la vida cotidiana de sus ciudadanos, sino también en sus características físicas, estilos de vida y salud», apunta Ruggero D’Anastasio, profesor de antropología de la Universidad de Chieti-Pescara. «Uno de los principales retos de este proyecto fue obtener representaciones precisas en 3D de restos óseos con más de 2000 años de antigüedad. Como puedes imaginar, la conservación del material óseo es increíblemente difícil. Estos restos son excepcionalmente frágiles, por lo que es esencial manipularlos lo menos posible».
Este escollo se superó gracias a la altísima resolución de la tecnología de TC de Canon Medical, combinada con potentes algoritmos de posprocesamiento. «La resolución isotrópica garantiza que cada vóxel (el equivalente en 3D de un píxel) se capte con la misma precisión, lo que nos permite reconstruir modelos en 3D altamente detallados sin distorsión ni pérdida de datos», afirma Carla Spatocco, directora de la unidad radiológica de la Clínica Spatocco.
«Además, la capacidad del software para mejorar el contraste y eliminar el ruido fue fundamental para distinguir los finos detalles anatómicos de los cráneos, incluso en áreas donde el hueso se había degradado significativamente». En términos sencillos, esto significa que se pudieron observar incluso las variaciones más microscópicas y sutiles, y que las zonas difíciles de escanear pudieron «limpiarse» después de captarlas. «Esto habría sido impensable con los métodos tradicionales», añade Arianna Di Felice. Este proceso reduce al mínimo la manipulación de los cráneos, lo que disminuye significativamente el riesgo que corren estos restos de valor incalculable.
El equipo también utiliza la tecnología Global Illumination de Canon Medical, que genera representaciones fotorrealistas en 3D de los cráneos mediante la simulación de luces y sombras complejas. Esto ayuda a los investigadores a visualizar un increíble nivel de detalle en los cráneos, con todas sus relaciones espaciales y lesiones internas. «Las reconstrucciones fotorrealistas en 3D también podrían servir como valiosas herramientas educativas, lo que permitiría a los estudiantes y al público en general, conectarse con el pasado de una manera tangible y significativa», explica Carla.
Esencialmente, se trata de una ciencia forense al más alto nivel tecnológico, que proporciona a los investigadores las herramientas para profundizar en la historia con un mayor detalle y obtener información que simplemente no está disponible de ninguna otra forma. «La tecnología de exploración por TC aún no se ha adoptado de forma generalizada en el estudio de restos humanos, pero creemos que debería convertirse en una práctica rutinaria», afirma el profesor Ruggero D'Anastasio. «[Ellos] tienen un valor incalculable, tanto para fines de investigación como por consideraciones éticas, como la catalogación digital de los restos, que puede que haya que restituir o volver a enterrar en el futuro».
Para la sociedad en general, aporta más detalles a una historia ya de por sí cautivadora, que hace que el mundo antiguo cobre vida, observando los rostros del pasado y transformando los restos y ruinas romanos en personas e historias: una humanidad compartida a través del tiempo. Pero también nos muestra lo importante que es la interacción de la ciencia y las humanidades a la hora de reconstruir este mundo para nosotros, preservando el pasado para nuestro futuro.
Este artículo se ha adaptado, con la amable autorización de Canon Medical Europe, del n.º 43 de la revista VISIONS.
Relacionado
-
Realidad virtual para radiología en el mundo real
Los radiólogos recibieron la formación en ecografías más actualizada de una forma nueva e inmersiva, gracias al Sistema Canon EOS VR y a Canon Medical.
-
Los escáneres móviles ofrecen escenas relajantes
Los escaneos pueden ser aterradores, por lo que Canon Medical ha diseñado sus unidades de tomografía móviles para brindar la máxima tranquilidad, con preciosas imágenes de fotógrafos de renombre mundial.
-
El «sello» de aprobación de las tomografías computarizadas
Vincent y Elvis, focas rescatadas, sometiéndose a tomografías computarizadas para que los veterinarios puedan diagnosticarlas rápidamente, tratar sus síntomas y devolverlas al mar de forma segura.
-
Descubriendo la vida secreta de los dinosaurios
Los paleontólogos del Museo Belga de Ciencias Naturales utilizan tomógrafos de Canon Medical para explorar enfermedades y lesiones en dinosaurios fosilizados.