¿Qué tienen en común un banco, un hospital y una fábrica de coches?
La recopilación de datos está cada vez más presente en las organizaciones, especialmente después de la amplia digitalización tras la pandemia. Pero, con demasiada frecuencia, esto supone que hay valor que se queda atrás. Las organizaciones saben que necesitan recopilar datos y generar información a partir de ellos. Pero con frecuencia carecen de formas eficaces de gestionar y analizar los tesoros que esconde su información.
Es a los líderes de TI a quienes corresponde plantear las preguntas adecuadas. ¿Cómo se recopilan los datos? ¿Cómo se analizan? ¿Y se están empleando para mejorar la toma de decisiones?
No obstante, primero se debe producir un cambio de mentalidad. Las organizaciones han adoptado sistemas de gestión de la información principalmente debido a cuestiones de cumplimiento normativo y seguridad. Este es un enfoque reactivo que obliga a mantener a los equipos de TI a la defensiva.
Debido a la proliferación de tecnologías emergentes como la IA y a la gestión de conjuntos de datos más grandes y complejos por parte de las organizaciones, el papel de la información está cambiando.
Los líderes de TI y de otro tipo son cada vez más conscientes de que invertir en gestión de la información no es simplemente una cuestión de marcar casillas, sino que puede liberar un valor oculto en las organizaciones y hacer que los procesos sean más rápidos, seguros y gratificantes para los empleados.
Una buena gestión de la información comienza por optimizar los flujos de trabajo de información en toda una organización. El lugar al que lleve esto depende de lo ambiciosos que sean los responsables de la toma de decisiones.