Una voz para decirlo alto: cómo la fotografía sobre el cambio climático está empoderando a los jóvenes

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Tomada desde arriba, dos niños, a la izquierda y a la derecha de la foto, sostienen un globo terráqueo hecho con fotografías y levantan solemnemente sus caras hacia la cámara. La foto más clara, más cercana a la cámara, muestra las palabras «No queméis mi futuro».

Los jóvenes están cada vez más preocupados por el cambio climático, pero a menudo tienen dificultades para hacerse oír. La nueva iniciativa Young People Programme les ha dado la plataforma para hacerlo.

«En nuestra bonita ciudad de Ashbourne, tenemos un gran problema con los camiones. Esto está provocando dos problemas principales: está generando niveles de dióxido de nitrógeno por encima de la media y está llevando los niveles de ruido hasta 85 decibelios, peligrosamente cerca del umbral de daños auditivos».

Detrás de estas palabras están los estudiantes de la Queen Elizabeth’s Grammar School en Ashbourne, Inglaterra. Ashbourne, un rincón pintoresco, inmaculado y tranquilo de la campiña inglesa, se ha deteriorado debido a los altos niveles de contaminación y ruido provocados por el tráfico de camiones y coches en las autovías cercanas.

El problema es tal que incluso los habitantes más jóvenes (y tradicionalmente más despreocupados) están notando el estrés. A los estudiantes de la zona les preocupa cada vez más el destino de su ciudad y su país por el cambio climático, pero dar voz a estas preocupaciones no es siempre fácil, especialmente para una generación que a veces se siente no escuchada e ignorada.

Recientemente, una visita de Clive Booth, embajador de Canon y antiguo alumno de la Queen Elizabeth, fue la oportunidad perfecta para alzar la voz y hacerse escuchar.

La ansiedad por el clima inspira a un aula entera

Clive visitó su antigua escuela como profesor y mentor del Young People Programme (YPP) de Canon, cuyo objetivo es equipar a las nuevas generaciones con las habilidades, herramientas y plataformas que necesitan para compartir sus historias.

En colaboración con la Ideas Foundation, se dirigió a Ashbourne junto con un equipo de creativos muy experimentados: los fotógrafos profesionales Adam Pensotti (que también dirige el YPP de Canon) y Nathan Dua (un exfotógrafo de la Marina Real Británica que ahora trabaja para Canon UK); la diseñadora gráfica Hannah Wood y los fotógrafos George Wood y Mark Spencer (todos exalumnos de la escuela).

Estos jóvenes descargaron su ansiedad, e incluso su descontento o rabia. Todo salió desbordado».

Mientras los miembros del grupo se preparaban para ayudar a los estudiantes a desarrollar sus habilidades creativas, también disfrutaron de un asiento en primera fila mientras estos jóvenes aprovechaban el momento para expresar y gestionar sus sentimientos en cuanto al cambio climático. Muchos de ellos mostraron tener lo que se conoce como ansiedad climática, que la American Psychological Association describe como «un miedo crónico a la desolación ambiental».

«La ansiedad climática es muy real para la generación Z», explica Clive. «Los jóvenes ven realmente el cambio climático como amenaza para la vida. Es habitual que hablen de cambio climático y acción climática».

Ese fue también el caso en la mayoría de las aulas de la Queen Elizabeth. Clive y su equipo tuvieron una idea: usar el poder de la fotografía para presentar a los estudiantes los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS de la ONU). Y al mismo tiempo, animarlos a pensar en cómo encajan los objetivos en sus propias vidas.

«Junto con sus profesores, James Illsley y Deborah Davis, queríamos que observaran los problemas medioambientales mundiales a través de una lente distintivamente personal», dice Clive. «Esto los ayudó a abrir la puerta a todas las posibilidades utilizando el arte y la creatividad, la fotografía, la tipografía y la filmación como habilitadores».

«Estos jóvenes descargaron su ansiedad, e incluso su descontento o rabia. Todo salió desbordado».

Tres carteles contiguos. El primero dice: «CONTAMINACIÓN POR NO2, LA PREVISIÓN NO ES BUENA», junto con una imagen del tipo de ropa de protección que podrías necesitar para desenvolverte en un mundo contaminado. El segundo muestra a un niño cubriéndose las orejas con las manos y una expresión de dolor con el título «SILENCIA LA CONTAMINACIÓN». El último muestra una cara entre sombras y unas manos en penumbra presionando algo que parece ser un plástico delgado y opaco; el titular simplemente dice «ansiedad climática».

«En nuestra ciudad, Ashbourne, tenemos un gran problema con los camiones. Están generando niveles de dióxido de nitrógeno por encima de la media y niveles de ruido por encima de 85 decibelios» (La exposición prolongada a este nivel de ruido puede provocar daños auditivos).

Condena del cambio climático con la fotografía

Lo que sucedió fue todo pasión. Se invitó a los estudiantes a articular su frustración a través de siete obras distintas en una campaña en redes sociales, tomando los complejos aprendizajes de técnica fotográfica y combinándolos con ideas conceptuales creativas que hablan directamente a las personas que no suelen escuchar.

«Además de mostrarles cómo sumergirse en el triángulo de exposición, comprender la profundidad de campo, el valor ISO y las velocidades de obturación, el proyecto ofreció a los jóvenes una plataforma para hablar a mi generación y a las anteriores», explica Clive.

En un mundo plagado, en su mayor parte, de banalidades sin sentido en las redes sociales, les dimos un medio para crear contenido de alta calidad».

«Cualquiera de estas obras puede estar dirigida a los padres y abuelos, y no hubo una decisión consciente de hacerlo. Simplemente sucedió».

Todo lo que se sabe de la ansiedad climática apunta a una combinación de aceptación y acción como medio para lidiar con ella: asumir y aceptar cómo te sientes, hablar de ello con personas en las que confías y poner tu grano de arena haciendo un cambio. Eso es precisamente lo que hicieron estos jóvenes: sincerarse sobre los problemas que más les preocupaban y usar su tiempo con Clive para gestionar estas ansiedades.

Tres carteles contiguos. El primero dice «NO PASES DE LARGO» y muestra un pie pisando la basura desechada. El segundo simplemente tiene «¿Por qué?» como titular y muestra a seis jóvenes sosteniendo un globo terráqueo hecho con fotografías con un segundo titular: «¿Por qué el peso del mundo tiene que estar sobre nuestros hombros?». El tercero muestra a una persona joven con una falda azul de plástico y un top verde con una boa de plumas, junto al titular «HAZ QUE DURE», como declaración sobre la rapidez con la que la moda afecta al medioambiente».

Una mención casual de la canción «Walk On By» de Dionne Warwick ayudó a crear una versión muy inteligente «que habla específicamente a una generación, utilizando un vehículo que entenderán».

Y no hubo ni un momento aburrido. «En un momento estábamos en el sótano fotografiando una botella de refresco de cola a 40 grados entre la oscuridad y el polvo, y una hora más tarde estábamos a menos cinco grados realizando una sesión de moda junto a los cubos de basura», dice riendo.

«En un mundo plagado, en su mayor parte, de banalidades sin sentido en las redes sociales, les dimos un medio para crear contenido de alta calidad. Cada una de estas obras es un trabajo de campaña y narración de primer nivel».

Utilizando sus nuevas habilidades y el marco de los ODS de la ONU, los estudiantes pudieron dar forma a sus ideas y perfeccionar su lenguaje. Los mensajes resultantes parecen una llamada al corazón: «Escuchadnos, pensad en lo que estáis haciendo, haced los cambios que necesitamos para un futuro mejor».

«No reclamamos la Tierra. Solo pedimos que los adultos la traten con respeto».

Descubre más información sobre el Young People Programme de Canon.

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