Baja iluminación. Alto rendimiento.
«Tienes que trabajar con la iluminación que ya ha preparado para el concierto el ingeniero de iluminación. No podemos permitirnos el lujo de elegir nuestras condiciones de iluminación óptimas. Nuestras PTZ anteriores no estaban a la altura de ese reto», explica Harmen van 't Loo, fundador de MotionDezign, que decidió actualizar su equipo para mejorar el rendimiento. En función de sus necesidades específicas, el distribuidor local Vocas propuso la cámara PTZ CR-N500 de Canon.
«Me quedé impresionado por la nitidez y la rapidez del enfoque automático Dual Pixel CMOS. Era increíble lo exacto y preciso que era nada más sacarlo de la caja», dice Harmen. «Ninguna otra marca tiene el enfoque y el rendimiento de estas cámaras, y he tenido muchas PTZ. El seguimiento facial también es excelente».
El equipo de Harmen describió la imagen como «excelente», «definida» y «nítida», incluso con baja iluminación. En un concierto típico, configuran al menos cinco PTZ, un par a izquierda y derecha hacia el fondo de la sala, otro par en cada extremo del escenario, más una ubicada entre los músicos de la orquesta, casi siempre cerca de la percusión. «Si el solista es un pianista, entonces hacemos una toma de las teclas de arriba hacia abajo», añade Harmen, lo que aporta perspectivas únicas a la experiencia.
El control es clave para cambiar las vistas de las cámaras y captar a los solistas de la orquesta. En la actualidad, el equipo utiliza un Skaarhoj PTZ Extreme para controlar con precisión las CR-N500 con un solo operador. El resultado es un espectáculo multicapa y más íntimo, que acorta la distancia entre los músicos y el público.