«Love» (Amor), del fotógrafo Aleksander Nordahl

EXPOSICIÓN WORLD UNSEEN (MUNDO INVISIBLE)

«Love» (Amor), de Aleksander Nordahl

La increíble fotografía del fotoperiodista Aleksander Nordahl retrata el vínculo entre una ballena beluga y el hombre que la salvó.

World Unseen (Mundo Invisible) está mejorando la forma en que las personas experimentan la fotografía, incluidas las personas con discapacidad visual. Aquí encontrarás la fotografía realizada por Aleksander Nordahl de Hvaldimir, una ballena beluga y el pescador que la salvó. Escucha la audiodescripción de Aleksander, o léela a continuación.

Escucha a Alekdander Nordahl describir su propia fotografía

«Love» (Amor), del fotógrafo Aleksander Nordahl

En la mitad inferior de esta fotografía se ve una ballena beluga blanca, con el costado derecho hacia la cámara, sumergida en el agua. Aunque su cuerpo pálido está bajo la superficie, tiene la boca abierta, la frente bulbosa y el hocico por encima del agua, en el centro del encuadre. El hocico de la ballena se encuentra con la cabeza de un pescador barbudo, que lleva un sombrero de lana y un jersey, que se inclina sobre el lateral del barco, presionando suavemente su frente contra la nariz de la beluga. En el agua, el ojo oscuro de la ballena mira hacia arriba, para encontrarse con los del pescador.

El hombre sonríe a la beluga y, con sus pequeños dientes visibles, la ballena parece devolverle la sonrisa. Detrás de ellos, al fondo, se pueden ver unas aguas azules profundas que dan paso a verdes colinas, bajo un cielo noruego nublado.

Hice la fotografía con una 5D Mark IV de Canon el 10 de septiembre de 2020 a las 15:36. Recoge la increíble historia de Hvaldimir, la ballena beluga mundialmente famosa, y el increíble vínculo que forjó con este antiguo ballenero.

A pesar de haber sido ballenero, Joar sintió la obligación de ayudar. Si nadie le hubiese quitado el arnés, podría haber penetrado la piel de la ballena, provocándole un terrible sufrimiento o incluso la muerte».

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Fotografía original

Esta historia comenzó en abril de 2019, cuando el hombre de la fotografía, Joar Hesten, estaba pescando cerca de Hammerfest, en el norte de Noruega, con su padre y su hermano. Entre los barcos, vieron una gran sombra fantasmal moviéndose en el mar.

Aunque los pescadores están acostumbrados a ver ballenas en estas aguas, no habían visto una beluga aquí antes. Normalmente, para encontrarlas en aguas noruegas, habría que viajar más de 800 kilómetros hasta Svalbard.

Mientras Joar y los otros observaban la deriva de la ballena entre los barcos, los hombres notaban que tenía algo envuelto alrededor de su cuerpo musculado y blanco. Creyeron que era una red de pesca, hasta que el padre de Joar gritó: «¡Es un arnés!»

A pesar de haber sido ballenero, Joar sintió la obligación de ayudar. Si nadie le hubiese quitado el arnés, podría haber penetrado la piel de la ballena, provocándole un terrible sufrimiento o incluso la muerte». «Voy a saltar al agua», le dijo Joar a su padre.

Gracias a lo que había aprendido cazando ballenas, Joar decidió que iba a salvarla. Con la ayuda de las autoridades costeras, se puso un traje de supervivencia y se sumergió en las frías aguas del mar de Noruega.

Después de varios intentos, Joar y dos hombres de las autoridades costeras le retiraron el arnés. Este llevaba inscritas las palabras: «Equipamiento de San Petersburgo». Más tarde, la ballena recibió el apodo de Hvaldimir.

Detrás de la foto
Aleksander Nordahl captó el increíble momento entre Hvaldimir y Joar con la EOS 5D Mark IV de Canon y un objetivo Canon EF14 mm f2.8L II USM.

En los meses siguientes, Hvaldimir recorrió la costa norte de Noruega, visitando puertos y buscando el contacto con la gente. Cogía los teléfonos que se caían en el agua y jugaba con ellos. Se convirtió en un fenómeno mundial.

De repente, el mundo hablaba de Hvaldimir, en las redes sociales, en las noticias, en todas partes. Y entonces surgieron las teorías.

Algunos creían que venía de un acuario. Sin embargo, muchos insistían en que el peculiar arnés y el interés que mostraba por los barcos, los puertos y la gente tenían un trasfondo más siniestro: que Hvaldimir era un espía.

Cualquiera que fueran sus orígenes, Hvaldimir parecía disfrutar de la atención.

Joar, por otro lado, no. Después de la temporada de pesca, regresó a su casa, 1000 kilómetros al sur, en Lødingen.

Al ser fotoperiodista y fotógrafo subacuático, muchos pensaban que era una historia ideal para mí. Pero no cubro historias que otros ya están contando; y nunca persigo a un animal en el océano.

En el verano de 2020, estaba en casa en Lofoten, justo al sur de la aldea de Joar. El científico y buzo libre francés Fabrice Schnoller vino a visitarme.

Me dijo que Hvaldimir había viajado miles de kilómetros hacia el sur y había terminado en el fiordo donde vivía Joar.

Parecía que esta extraña ballena beluga hubiera seguido a su salvador 1000 kilómetros por la costa.

Tras volver a encontrarse, Joar incluso había empezado a ayudar a Hvaldimir. Ahora era una historia que quería fotografiar. Les hablé de ello a mis editores, y el escritor Nils Anker y yo fuimos a conocer a Joar y Fabrice en Ballangen.

La vida de Hvaldimir no fue un cuento de hadas. Iba de piscifactoría en piscifactoría, comiendo abadejo que se alimentaba de las sobras que caían de las jaulas de los salmones.

Y, aunque las explotaciones marinas le proporcionaban la comida y el contacto con los seres humanos que anhelaba, había sobrevivido a cortes brutales y heridas de las hélices de los barcos. Ahora, Joar lo visitaba en las explotaciones tan a menudo como podía, y yo quería documentar esa relación especial.

Sabía que no iba a ser fácil. Hvaldimir no se comportaba como una ballena, y no estaba en un hábitat donde se suponía que debían estar las ballenas.

La vida de Hvaldimir no fue un cuento de hadas. Iba de piscifactoría en piscifactoría, comiendo de los abadejos que se alimentaba de las sobras que caían de las jaulas de los salmones. ».

Al principio, cuando salté al agua, Hvaldimir nadaba delante de mi cara. Tenía la piel suave, fría y delicada. Pero bajo su suavidad había un gran poder. Era desafiante, casi agresiva. No paraba de abrir su gran boca sobre mi cámara y mi cabeza. La lengua era como papel de lija. Era imposible trabajar.

En repetidas ocasiones, teníamos que volver al barco mientras ella se enfurruñaba como un adolescente en el agua.

Poco a poco, fui presenciando sus rutinas diarias y conseguí fotografiarlas. Le saqué fotos bajo el agua desde la distancia. Vi al simpático animal bailando bajo la superficie, durmiendo, despertando, persiguiendo barcos.

También hice fotos de Joar interactuando con la ballena, por encima de la superficie. Pero aún no había conseguido unir ambos mundos en uno solo.

Cada vez que Hvaldimir se ponía demasiado ansiosa, volvíamos al barco. Esta vez, vi las manos de Joar sumergiéndose en el agua desde arriba. Hvaldimir siempre sabía cuáles eran las manos de Joar. Aceptándolas, la ballena inclinó su gran cabeza, y empujó su piel suave y fría contra esas manos fuertes y rudas.

Aguantando la respiración, pude ver cómo Hvaldimir realmente adoraba la atención de Joar. Fascinado, vi al pescador acercar su cuerpo a la superficie. Hvaldimir hizo lo mismo. Su cabeza empujó las manos de Joar fuera del agua mientras sobresalía el hocico gigante. Joar podía decirle a Hvaldimir que quería más, así que se inclinó sobre la barandilla, estirando su cabeza hacia abajo contra la ballena.

El gorro y la cabeza de lana del pescador se encontraron con el hocico de la ballena. Ambos abrieron la boca, sonriendo y presionando uno contra el otro. Bajo la superficie, el ojo de Hvaldimir miraba con afecto.

Pensé: «Por favor, que la foto salga nítida». Porque estaba en dos mundos al mismo tiempo: la mitad de mi objetivo por debajo de la superficie y la otra mitad por encima.

Salió de maravilla. Aunque la composición no es perfecta, la emoción que recoge queda patente. Es un momento que nunca olvidaré, porque muestra dos criaturas de mundos separados que se encuentran en el medio, con amor.

Más información sobre el embajador de Canon Aleksander Nordahl

IMPRIMIENDO UN MUNDO INVISIBLE
Para hacer posible la experiencia de la exposición World Unseen (Mundo invisible), imprimimos versiones en braille y en relieve de imágenes emblemáticas con el software Canon PRISMAelevate XL y la serie de impresoras Arizona.

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