«Hacer cosas» al estilo de Canon

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Hombre japonés con camisa azul a rayas sostiene una herramienta de metal apoyado sobre un gran disco metálico. Parece estar en una fábrica.

De cara al mundo occidental, Japón tiene una especie de magnetismo. Se basa en el asombro que suscita un país de tan profunda belleza y tradición cultural, pero también en la fascinación por la forma en que ambas se manifiestan en lo cotidiano. En el mundo empresarial, en particular, se tiene en gran consideración el énfasis japonés en la armonía, el respeto y la celebración del trabajo cualificado y en la dedicación. De esta manera, desde finales del siglo XX, las prácticas empresariales japonesas han florecido globalmente.

Las industrias estaban especialmente interesadas en adoptar los principios japoneses, por lo que uno de esos conceptos que arrasó en el mundo de la fabricación en los 90 fue la práctica del «Monozukuri». Su adopción por parte del mundo occidental fue un símbolo de su aspiración a un modelo basado tanto en la calidad del producto como en la productividad.

La palabra en sí, sin embargo, es mucho más antigua, pues sus raíces se remontan a siglos de trabajo de artesanos y trabajadores manuales. Se puede traducir literalmente como «hacer cosas» o «fabricar cosas» («mono» significa cosa, y «zukuri» significa el acto de hacer), pero es mucho más que eso. Conceptual y culturalmente, refleja (y respeta) el alma y el arte del creador. Reconoce la búsqueda de la perfección por parte de un individuo y su compromiso de por vida con el aprendizaje. Honra el deseo de mejorar y perfeccionar, de crear algo que produzca alegría.

Hay quien lo considera una filosofía; otras personas lo conciben como una mentalidad. Para nosotros es ambas y mucho más, pues constituye la base de los estándares de calidad y rendimiento de nuestros productos. Sin embargo, hoy en día aplicamos el Monozukuri a nuestra manera, fusionando la experiencia, la habilidad y el ingenio humanos en nuestro mundo de tecnologías avanzadas. Para nosotros, lo mejor del Monozukuri es que es totalmente compatible con nuestra filosofía corporativa de Kyosei: vivir y trabajar juntos por el bien común.

Trabajador de una fábrica con mono azul, sombrero y guantes sostiene e inspecciona un objeto con forma de lente.

Los compañeros de Canon en nuestras numerosas fábricas de todo el mundo aportan nuevas ideas que mejoran nuestros productos y sus procesos de fabricación.

No es de extrañar que Canon se identifique con el Monozukuri. Al fin y al cabo, producimos una enorme variedad de productos (y sus componentes) respetando los más altos estándares. Estamos a la vanguardia de la evolución de una gran variedad de tecnologías y nuevas formas de hacerlas realidad, como la automatización y la inteligencia artificial. Cuando una organización opera a nuestra escala, cabe plantearse si el modelo no es incongruente con una filosofía tan suave. Sin embargo, al estudiar la forma en que manifestamos el Monozukuri en Canon, todo queda claro.

Pensamos a largo plazo

Todo lo que acometemos se hace con gran consideración, nunca para obtener beneficios a corto plazo. Esto también se aplica a la forma en que abordamos nuestra investigación y desarrollo o a la visión estratégica de la empresa en general. La innovación es el alma de Canon, y la búsqueda de la excelencia a través de la mejora continua, tanto en nuestras tecnologías actuales como en las nuevas, es la base del Monozukuri.

Pero, ¿en qué consiste realmente la innovación continua? En una palabra: inversión. Cada año, en torno a un 8 % de nuestras ventas mundiales se reinvierte en actividades de I+D. Para hacernos una idea de la escala a la que opera nuestra iniciativa de I+D, contamos con diez ubicaciones en Japón y otras nueve en Europa, Estados Unidos y Oriente Medio centradas en el futuro de las tecnologías de Canon. Estas áreas de innovación incluyen aquellas por las que mejor se nos conoce (fotografía e impresión), entre otras, como litografía de semiconductores, monitores OLED, imágenes médicas, análisis de vídeo e inteligencia artificial.

Por supuesto, un objetivo importante para los equipos que diseñan nuevos productos en Canon es garantizar que cada elemento sea fácil de fabricar y, dentro de este ámbito, también desarrollamos nuestras propias metodologías de procesamiento de materiales y equipos de producción. El Monozukuri nos ayuda a optimizar nuestras operaciones y a esforzarnos por lograr la máxima eficacia y eficiencia en todo lo que hacemos. Pero también tenemos en cuenta cada ciclo de vida. Parte de la mentalidad del Monozukuri se basa en tener en cuenta el impacto medioambiental de nuestros productos y procesos de fabricación.

Todas las personas que trabajan para Canon contribuyen a la evolución de nuestros productos, algo especialmente patente en la fábrica.

El cliente siempre es un factor importante

En el Monozukuri tradicional, rara vez se menciona directamente al cliente. En cambio, la filosofía hace hincapié en la contribución del artesano a la sociedad. Sin embargo, Canon considera que no se puede lograr una mejora continua sin una comprensión profunda de las necesidades y deseos de nuestros clientes. Además, nuestro objetivo siempre es plasmar los comentarios de los clientes en las iteraciones de nuestros productos para garantizar que cualquier mejora supere sus expectativas. Desde una perspectiva más amplia, esto también requiere cumplir los requisitos de usabilidad y funcionalidad, así como satisfacer las demandas específicas del mercado.

Comenzamos el proceso de desarrollo y diseño hablando con nuestros clientes y estudiando cómo utilizan nuestros productos e interactúan con ellos. Es realmente simple, pero absolutamente fundamental para el Monozukuri de aprendizaje y mejora continuos, ya que así vemos de primera mano lo que funciona y lo que no. A partir de ahí, podemos identificar posibles mejoras de la experiencia del usuario.

El nuestro es el ojo más agudo para el detalle

Las ideas y conceptos resultantes pueden probarse exhaustivamente y perfeccionarse para producir el diseño ideal. Aquí, nuestras tecnologías se combinan con la experiencia en toda la organización para crear una especie de efecto «Monozukuri extra». No desaprovechamos ninguna oportunidad para revisar y mejorar nuestros productos y capacidades, y utilizamos todos los medios disponibles para hacerlo. Un gran ejemplo de esto es en nuestra tecnología de prototipos virtuales. Hemos desarrollado herramientas patentadas de ingeniería asistida por ordenador (CAE) y diseño asistido por ordenador (CAD) que nos ayudan a simular el rendimiento de los productos en desarrollo antes de pasar a la fase de creación de prototipos físicos.

Este tipo de pruebas de impacto virtuales puede ayudar a evaluar la robustez, durabilidad y capacidad de un producto para soportar caídas o impactos accidentales que puedan producirse durante la manipulación, el transporte o el uso diario. De esta forma, podemos probar y mejorar ciertos aspectos para determinar posibles resultados que pueden afectar considerablemente a la duración y el coste de la fase de desarrollo.

Sin embargo, para nosotros, la innovación no termina cuando el producto llega a la fase de fabricación. De hecho, es ahí donde tiene lugar gran parte de ella. Contamos con una red de instalaciones por todo el mundo que fabrican desde lentes minúsculas hasta equipos de producción a escala industrial, y cada uno de los artículos que producimos requiere un trabajo de precisión altamente cualificado y excelencia en todos los aspectos. Esta experiencia, precisamente en la fase de fabricación, es un componente crucial de nuestro estilo de Monozukuri. Todas las personas que trabajan para Canon contribuyen a la evolución de nuestros productos, algo especialmente patente en la fábrica. Nuestro personal prioriza la calidad y aporta ideas frescas que no solo mejoran nuestros productos, sino también los procesos mediante los que los fabricamos.

Persona con un mono blanco, mascarilla y guantes de látex azules arrodillada frente a un microsatélite de Canon. Tiene un brazo elevado y sostiene una linterna delgada mientras inspecciona el chasis de la estructura.

La filosofía del Monozukuri de Canon se aplica a todo lo que fabricamos, incluidos nuestros microsatélites.

Entendemos el potencial y buscamos desarrollar habilidades

Honramos a nuestros líderes de fabricación en Monozukuri con los títulos «Takumi» y «Meister». Un «Takumi» (que se traduce más o menos como «artesano» o «maestro artesano») tiene unas habilidades y una experiencia particulares y realiza ciertas tareas a un nivel excepcionalmente alto. De hecho, muchos de nuestros Takumi están certificados como expertos distinguidos en sus campos a nivel nacional por sus habilidades técnicas y su diligencia. Esto significa que todos los miembros de Canon tienen un gran reconocimiento y dan ejemplo a sus compañeros a través de su compromiso por aprender y desarrollar sus habilidades a lo largo de su carrera. Asimismo, transmiten sus excelentes habilidades en campos como el pulido de lentes, el procesamiento de componentes de precisión y la producción de moldes de metal.

Mientras que los Takumi son especialistas en un área, nuestros «Meisters» son profesionales multidisciplinares con gran variedad de conocimientos en diversos procesos. Esto significa que son expertos en el diseño de procesos nuevos y optimizados, la identificación de fallos, la concepción de soluciones preventivas y la sugerencia de formas innovadoras de simplificar tareas y procedimientos. Son las figuras respetadas y esenciales que aportan comentarios y mejoras continuas a la forma en que fabricamos.

El estatus de Meister es prestigioso, y todos aspiran a conseguir el codiciado premio «Class S Group Meister», que solo se concede a una o dos personas al año. Para transmitir una idea de lo que esto significa, uno de nuestros Meisters, que supervisa el montaje de productos, conoce cada una de las más de 3000 piezas que componen una impresora para oficina y es capaz de montar el producto final sin ayuda.

Consideramos que, dentro de la fabricación, estos individuos son el equivalente a artesanos en su propio campo. Por lo tanto, invertimos mucho en su desarrollo y formación para que, a su vez, nuestros Takumi y Meisters transmitan sus habilidades y conocimientos a otros a través de nuestros programas de tutoría especializados. Tanto ellos como su extraordinaria artesanía y habilidad técnica marcan el futuro del Monozukuri en Canon.

Una forma de hacer negocios responsable y con visión de futuro

Si el Monozukuri fuera una persona, tendría el corazón de un artista, las manos de un artesano y la mente de un científico. Dicho de otra manera, está claro que, para nosotros, no es solo la materialización empresarial de nuestro patrimonio cultural, sino que forma parte del alma de Canon. Es una manera profundamente inculcada y respetada de trabajar de forma responsable, eficiente y con verdadera concienciación de nuestro impacto, garantizando al mismo tiempo la excelencia en la fabricación que nos caracteriza.

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