Con rap y poesía, Ciudad del Cabo intenta superar las barreras raciales
Por Joe Penney
La increíble belleza natural de Ciudad del Cabo, una ciudad rodeada por el océano y dividida en dos por la roca desnuda de la Montaña de la Mesa, oculta un pasado de cientos de años de esclavitud y opresión racial.
Ahora, una generación de artistas, músicos, poetas y cineastas está tratando de superar este legado, y en Sudáfrica, un país con 11 idiomas oficiales, no solo es importante lo que dicen, sino cómo lo dicen.
Quintin Goliath, cuyo nombre artístico es Jitsvinger, que significa «el de las drogas», es un rapero de origen étnico mixto de Ciudad del Cabo. Actúa en afrikáans, un idioma hablado por 7 millones de sudafricanos que se deriva del holandés y cuenta con influencias del malayo, portugués, inglés, xhosa, chino y khoi.
Goliath, que rapea sobre temas como la política, la identidad y el amor, afirma que el afrikáans es cada vez más popular, especialmente entre los jóvenes.
«El afrikáans se ha convertido en algo más moderno e informal en la última década y media», afirma. «En el barrio de Kimberley, se mezclan hasta seis idiomas diferentes en una sola frase», agrega.
«Como resultado, mi habla puede llegar a la conciencia colectiva más amplia y ahí es donde está el futuro del afrikáans: la inclusión y la aceptación de la expresión de los demás».
Mientras que algunos ven el futuro de afrikáans como prometedor, su pasado es objeto de disputas. El afrikáans se desarrolló en la región de Ciudad del Cabo entre esclavos de África Occidental, las tribus indígenas hotentotes y bosquimanos e Indonesia, que adaptaron el holandés hablado por los amos de los esclavos y los colonos en una lengua común.
Hoy en día, solo alrededor del 40 por ciento de los hablantes locales de afrikáans son sudafricanos blancos, según el Instituto de relaciones raciales de Sudáfrica.
«Hoy en día, aún hay muchas personas que se refieren al afrikáans "blanco" como bello, puro y correcto, pero su versión como forma negativa o inferior refleja un odio interiorizado que es consecuencia de la esclavitud, el colonialismo y el apartheid», dice Goliath.
«Todavía hay mucho que reparar dentro de la comunidad afrikáans más amplia», afirma.
El poeta de Ciudad del Cabo Jethro Louw también crea su obra en afrikáans. Es descendiente de los esclavos indígenas joisán y mozambiqueños, e incluye historias y mitos indígenas de Ciudad del Cabo en su poesía. Toca el arco musical, tradicionalmente utilizados para la poesía, la música y la comunicación.
«Intento popularizar la cultura de la primera nación y sus símbolos, como el arco», afirma.
Después del zulú, el xhosa y el afrikáans, el inglés es el cuarto idioma más hablado en Sudáfrica, pero su papel en la vida pública es mucho más influyente.
Bheki Pilot Biller es un estudiante de cine de 24 años de Limpopo, que habla zulú e inglés, y utiliza este último en su trabajo, que se centra en las cuestiones sociales.
Pilot afirma que Ciudad del Cabo sigue dividida racialmente y que ha sufrido discriminación laboral porque no habla afrikáans.
«No puedo aceptar esta situación en la que, para conseguir un trabajo que necesitas, tienes que ser de un determinado color de piel. Hay oportunidades en que hacen ver que debes saber leer y escribir afrikáans con fluidez. ¿Qué tipo de trabajo es ese?».
Parece que hay voces que claman por una Sudáfrica más inclusiva en todas las comunidades de Ciudad del Cabo: en un reciente concierto, el conocido músico de rock Jeremy de Tolly, blanco, hablante nativo de inglés de Ciudad del Cabo, afirmó que la población blanca del país debería compartir su riqueza con sus compatriotas sudafricanos.