Ve el mundo en color
Los responsables de marketing tienen más presión que nunca para que sus campañas resulten más impactantes, provoquen una mayor reacción y atraigan más público, por lo que confían en el color como una de las herramientas más potentes a su disposición. Y a medida que dejamos atrás las restricciones pandémicas, los colores de neón en particular están sirviendo para llamar poderosamente la atención del público1.
Basta con estudiar la historia cultural del neón para comprender por qué es tan relevante actualmente. Los colores fluorescentes representan la diversión y el exceso; piensa en los años 50 en Las Vegas o Miami Beach, o Madonna en los 80, cócteles, fiestas en los 90, despreocupación, buenas vibraciones, baile, glamour...2 En definitiva, lo diametralmente opuesto a la experiencia lúgubre, aburrida y angustiante de la restricción pandémica y el distanciamiento social. En pocas palabras, las marcas están recurriendo al neón como remedio contra los tiempos difíciles3.
Y no solo el diseño gráfico y el embalaje están dando el salto al neón; también los propios productos. Diseñadores como Kenzo, Longchamp o Balmain4, entre otros grandes de la moda como Adidas o Puma han lanzado colecciones para 2021 en colores intensos y neones, y la tendencia también ha llegado a sectores como el de la belleza y el interiorismo.
Pero, ¿pueden los proveedores de servicios de impresión satisfacer la creciente demanda de aplicaciones promocionales de gran formato basadas en el impacto del neón? ¿Hay algo más decepcionante para el cliente de marca que una impresión insulsa en comparación con el diseño gráfico original o una impresión que afecte negativamente a las ventas de un producto? El color es la expresión de la personalidad de una marca, por lo que, si el resultado impreso no cumple las altas expectativas del comprador, lo más probable es que lo rechace y tenga que rehacerse, lo que implica un gasto de esfuerzo, tiempo y dinero, por no hablar de un cliente insatisfecho.