La técnica de larga exposición consiste en fotografiar a velocidades de obturación que van desde unos segundos a unas horas y resulta perfecta para captar imágenes de paisajes sorprendentes.
Lo primero que deberás hacer es montar la cámara sobre un trípode. Incluso con una velocidad de obturación de 1 segundo, la imagen saldría borrosa si sostienes la cámara con las manos. Configura el valor ISO en función de la escena y utiliza el modo Prioridad del Obturador (Tv) para ajustar la velocidad de obturación a 30 segundos. Al utilizar el disparo remoto del obturador, ya sea mediante el mando a distancia RC-6, el disparador remoto RS-60E3 o el mando a distancia inalámbrico BR-E1 de Canon, podrás evitar la trepidación de la cámara gracias al temporizador de 2 segundos.
Como puedes ver en el ejemplo anterior, con la técnica de larga exposición se aprovecha el movimiento terrestre para conseguir un efecto de rastro de estrellas en el cielo nocturno.
Utilizar la técnica de larga exposición durante el día es más complicado, ya que se debe ajustar la velocidad de obturación para lograr que haya suficiente movimiento. Lo ideal es utilizar velocidades de obturación de varios segundos, por lo que tendrás que mantener un valor ISO bajo y una abertura reducida. También es recomendable utilizar esta técnica con cielos nublados o hacia el final del día, cuando la luz es más tenue. Como alternativa, puedes adquirir un filtro que se acopla al extremo del objetivo y reduce la cantidad de luz que entra. Los filtros de densidad neutra (ND) son los que mejor funcionan. Algunas cámaras compactas, como las de la serie PowerShot G7 X de Canon, cuentan con un filtro ND integrado que puedes activar o desactivar en el menú.
Para capturar el desenfoque del movimiento de la marea se utilizó un valor ISO bajo de 100, una abertura pequeña de f/16, y velocidades de obturación de 1/10 y 30 segundos.